HISTORIA201

Thursday, May 12, 2005

REFORMA RELIGIOSA

Queridos Alumnas y Alumnas del Elbio estamos nuevamente en la World Wide Web dispuestos a estudiar un nuevo tema: la Reforma Religiosa iniciada en el siglo XVI que provocó la escisión de la Iglesia Católica, y generó nuevos movimientos religiosos que quisieron renovar el ambiente religioso deteriorado.



Reforma: la crisis de la Iglesia


El siglo XVI no es sólo el siglo del Renacimiento. También es el siglo de la Reforma, considerado uno de los grandes movimientos religiosos en el seno del cristianismo. La Reforma corresponde a una gran revolución religiosa que rompió la unidad de la Iglesia Católica en el siglo XVI, separando de ella a todos los que aceptaban las nuevas doctrinas, conocidas bajo el nombre genérico de protestantismo.

En el surgimiento de la Reforma no sólo influyeron causas religiosas, sino también políticas, intelectuales y económico-sociales.

Causas religiosas
Para el siglo XV, los abusos cometidos por los Papas, obispos y clérigos los expuso a críticas severas y a una abierta oposición por parte del pueblo. Esto era herejía (estar en desacuerdo contra las normas establecidas por la Iglesia), desde luego, la herejía no era tolerada por la Iglesia.

Las personas que cometían este delito eran castigados como criminales, algunas veces la condena conllevaba tortura o posible pena de muerte. La religión Católica era reconocida como la religión oficial de Europa y por lo tanto se consideraba un crimen, no únicamente contra el Estado, sino con más repercusión, ante Dios. Los líderes católicos habían caído en un estado espiritual pernicioso el cual promovía el absentismo y el abandonó de sus deberes pastorales.

A principios del siglo XVI, la Iglesia se encontraba en un profundo estado de decadencia y de crisis. La riqueza material de esta época hizo que se produjera corrupción y relajación de las costumbres entre parte del clero, lo que afectaba hasta las más altas jerarquías, incluido el papado. Todos buscaban aumentar al máximo sus ingresos, ya sea para velar por el futuro de sus familias, satisfacer su gusto por el lujo o proteger a sus artistas favoritos.

El nepotismo papal culminó cuando el Papa Sixto IV convirtió a todos sus sobrinos en cardenales o en gobernantes.

Se sabía que el Papa Alejandro V de Borgia llevaba una vida escandalosa, y que el Papa León X solo se había ocupado de las bellas artes. El resto del clero no lo hacía mal; se dice que los obispos, en Alemania, poseían la tercera parte de las tierras y vivían como grandes señores.

Tales excesos despertaron poderosas críticas e insistentes exigencias en favor de una reforma que los suprimiese de raíz.

Causas intelectuales
La difusión de la Biblia, hecha posible gracias a la imprenta y que puso al alcance de todos la palabra de Dios, fue generando un clima crítico con respecto a los dogmas y organización de la Iglesia.

La lectura y la meditación de la Biblia creó, en algunos, una actitud detractora frente a las ideas religiosas aceptadas por la Iglesia que no tuviesen una base estricta y literal en este libro. Esta apreciación de la Biblia como única fuente de creencia religiosa fue el más poderoso germen de la Reforma.

Causas político-económicas
Durante la Edad Media se produjeron, muchas veces, conflictos entre los papas y los gobernantes, reyes o emperadores de los diversos Estados europeos. Si bien estas disputas no llegaron a afectar la unidad de la fe, fueron evidencia del resentimiento que sentían los reyes frente a los papas. Y por ello, los gobernantes lucharon por aumentar su poder sobre el clero y tratar de reducir los derechos del Sumo Pontífice.

Conflictos de tipo político entre los reyes y la Iglesia crearon fricciones que alcanzaron una intensidad excepcional. La reforma religiosa de tipo protestante surge precisamente como resultado de estos conflictos entre Iglesia y Estado.

A esto se agrega que entre los ingleses, alemanes y escandinavos surgió un movimiento reactivo en contra de la obediencia a Roma. Para estos países, adoptar la Reforma era afirmar su sentido de nacionalidad frente a la catolicidad representada por el papado romano.

Por otra parte, la Reforma halló campo fértil en países en que el capitalismo se había desarrollado (Alemania, Países Bajos e Inglaterra). Esto, porque las clases enriquecidas, gracias al comercio y al monopolio, sabían que la Iglesia veía con malos ojos el origen de sus ganancias. Además, algunos reyes y nobles vieron que separándose de la Iglesia Católica podrían adueñarse de sus extensas posesiones.

La Reforma Protestante

Para el siglo XV, los abusos cometidos por los Papas, obispos y clérigos los expuso a críticas severas y a una abierta oposición por parte del pueblo. Esto era herejía (estar en desacuerdo contra las normas establecidas por la Iglesia), desde luego, la herejía no era tolerada por la Iglesia.
Las personas que cometían este delito eran castigados como criminales, algunas veces la condena conllevaba tortura o posible pena de muerte. La religión Católica era reconocida como la religión oficial de Europa y por lo tanto se consideraba un crimen, no únicamente contra el Estado, sino con más repercusión, ante Dios. Los líderes católicos habían caído en un estado espiritual pernicioso el cual promovía el absentismo y el abandonó de sus deberes pastorales.
Por otra parte, el nepotismo papal culminó cuando el Papa Sixto IV convirtió a todos sus sobrinos en cardenales o en gobernantes. Para el siglo XV se habían producido disputas importantes en el interior de la Iglesia estableciéndose la sede del Papa en Aviñón, bajo la influencia del rey de Francia.
Conflictos de tipo político entre los reyes y la Iglesia crearon fricciones que alcanzaron una intensidad excepcional. La reforma religiosa de tipo protestante surge precisamente como resultado de estos conflictos entre Iglesia y Estado.




Martín Lutero

El líder espiritual de la Reforma fue Martín Lutero (1483-1546), aunque él personalmente no se consideraba así. Lutero nació en Alemania y desde muy joven se obsesionó por su propia salvación espiritual. Su creencia religiosa partía de que Dios era un juez severo y no un padre bondadoso.
Lutero empleaba gran parte de su tiempo en duros actos de penitencia asi como constantes y completas confesiones de sus pecados. Lutero obtuvo su ordenación sacerdotal en el Convento de los Agustinos. Luego de su graduación viajó a Roma para resolver algunos asuntos internos en relación con la orden Agustina.
A su regreso de Roma, tras observar lo que sucedía en la capital de la cristiandad, comenzó a censurar a la Iglesia Católica por su desorden administrativo y los abusos cometidos por los clérigos. El concepto de justicia tomó otra perspectiva, la del perdón y no castigo, como único medio para la reconciliación de los humanos con Dios.
Lutero colocó noventa y cinco tesis en la puerta del castillo de Wittenberg donde divulgaba que la última autoridad en materia religiosa no era el Papa, sino las Sagradas Escrituras, los sacramentos quedaban reducidos a tres; bautismo, comunión y penitencia, rechazada la creencia de que el pan y el vino se convirtieran en el cuerpo y la sangre de Cristo.

Las 95 tesis de Martín Lutero
Disputación acerca de la determinación del valor de las indulgencias

Por amor a la verdad y en el afán de sacarla a luz, se discutirán en Wittenberg las siguientes proposiciones bajo la presidencia del R. P. Martín Lutero, Maestro en Artes y en Sagrada Escritura y Profesor Ordinario de esta última disciplina en esa localidad. Por tal razón, ruega que los que no puedan estar presentes y debatir oralmente con nosotros, lo hagan, aunque ausentes, por escrito. En el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Cuando nuestro Señor y Maestro Jesucristo dijo: "Haced penitencia...", ha querido que toda la vida de los creyentes fuera penitencia.

Este término no puede entenderse en el sentido de la penitencia sacramental (es decir, de aquella relacionada con la confesión y satisfacción) que se celebra por el ministerio de los sacerdotes.

Sin embargo, el vocablo no apunta solamente a una penitencia interior; antes bien, una penitencia interna es nula si no obra exteriormente diversas mortificaciones de la carne.

En consecuencia, subsiste la pena mientras perdura el odio al propio yo (es decir, la verdadera penitencia interior), lo que significa que ella continúa hasta la entrada en el reino de los cielos.

El Papa no quiere ni puede remitir culpa alguna, salvo aquella que él ha impuesto, sea por su arbitrio, sea por conformidad a los cánones.

El Papa no puede remitir culpa alguna, sino declarando y testimoniando que ha sido remitida por Dios, o remitiéndola con certeza en los casos que se ha reservado. Si éstos fuesen menospreciados, la culpa subsistirá íntegramente.

De ningún modo Dios remite la culpa a nadie, sin que al mismo tiempo lo humille y lo someta en todas las cosas al sacerdote, su vicario.

Los cánones penitenciales han sido impuestos únicamente a los vivientes y nada debe ser impuesto a los moribundos basándose en los cánones.

Por ello, el Espíritu Santo nos beneficia en la persona del Papa, quien en sus decretos siempre hace una excepción en caso de muerte y de necesidad.

Mal y torpemente proceden los sacerdotes que reservan a los moribundos penas canónicas en el purgatorio.

Esta cizaña, cual la de transformar la pena canónica en pena para el purgatorio, parece por cierto haber sido sembrada mientras los obispos dormían.

Antiguamente las penas canónicas no se imponían después sino antes de la absolución, como prueba de la verdadera contrición.

Los moribundos son absueltos de todas sus culpas a causa de la muerte y ya son muertos para las leyes canónicas, quedando de derecho exentos de ellas.

Una pureza o caridad imperfectas traen consigo para el moribundo, necesariamente, gran miedo; el cual es tanto mayor cuanto menor sean aquéllas.

Este temor y horror son suficientes por sí solos (por no hablar de otras cosas) para constituir la pena del purgatorio, puesto que están muy cerca del horror de la desesperación.

Al parecer, el infierno, el purgatorio y el cielo difieren entre sí como la desesperación, la cuasi desesperación y al seguridad de la salvación.

Parece necesario para las almas del purgatorio que a medida que disminuya el horror, aumente la caridad.

Y no parece probado, sea por la razón o por las Escrituras, que estas almas estén excluidas del estado de mérito o del crecimiento en la caridad.

Y tampoco parece probado que las almas en el purgatorio, al menos en su totalidad, tengan plena certeza de su bienaventuranza ni aún en el caso de que nosotros podamos estar completamente seguros de ello.

Por tanto, cuando el Papa habla de remisión plenaria de todas las penas, significa simplemente el perdón de todas ellas, sino solamente el de aquellas que él mismo impuso.

En consecuencia, yerran aquellos predicadores de indulgencias que afirman que el hombre es absuelto a la vez que salvo de toda pena, a causa de las indulgencias del Papa.

De modo que el Papa no remite pena alguna a las almas del purgatorio que, según los cánones, ellas debían haber pagado en esta vida.

Si a alguien se le puede conceder en todo sentido una remisión de todas las penas, es seguro que ello solamente puede otorgarse a los más perfectos, es decir, muy pocos.

Por esta razón, la mayor parte de la gente es necesariamente engañada por esa indiscriminada y jactanciosa promesa de la liberación de las penas.

El poder que el Papa tiene universalmente sobre el purgatorio, cualquier obispo o cura lo posee en particular sobre su diócesis o parroquia.

Muy bien procede el Papa al dar la remisión a las almas del purgatorio, no en virtud del poder de las llaves (que no posee), sino por vía de la intercesión.

Mera doctrina humana predican aquellos que aseveran que tan pronto suena la moneda que se echa en la caja, el alma sale volando.

Cierto es que, cuando al tintinear, la moneda cae en la caja, el lucro y la avaricia pueden ir en aumento, más la intercesión de la Iglesia depende sólo de la voluntad de Dios.

¿Quién sabe, acaso, si todas las almas del purgatorio desean ser redimidas? Hay que recordar lo que, según la leyenda, aconteció con San Severino y San Pascual.

Nadie está seguro de la sinceridad de su propia contrición y mucho menos de que haya obtenido la remisión plenaria.

Cuán raro es el hombre verdaderamente penitente, tan raro como el que en verdad adquiere indulgencias; es decir, que el tal es rarísimo.

Serán eternamente condenados junto con sus maestros, aquellos que crean estar seguros de su salvación mediante una carta de indulgencias.

Hemos de cuidarnos mucho de aquellos que afirman que las indulgencias del Papa son el inestimable don divino por el cual el hombre es reconciliado con Dios.

Pues aquellas gracias de perdón sólo se refieren a las penas de la satisfacción sacramental, las cuales han sido establecidas por los hombres.

Predican una doctrina anticristiana aquellos que enseñan que no es necesaria la contrición para los que rescatan almas o confessionalia.

Cualquier cristiano verdaderamente arrepentido tiene derecho a la remisión plenaria de pena y culpa, aun sin carta de indulgencias.

Cualquier cristiano verdadero, sea que esté vivo o muerto, tiene participación en todos lo bienes de Cristo y de la Iglesia; esta participación le ha sido concedida por Dios, aun sin cartas de indulgencias.

No obstante, la remisión y la participación otorgadas por el Papa no han de menospreciarse en manera alguna, porque, como ya he dicho, constituyen un anuncio de la remisión divina.

Es dificilísimo hasta para los teólogos más brillantes, ensalzar al mismo tiempo, ante el pueblo. La prodigalidad de las indulgencias y la verdad de la contrición.

La verdadera contrición busca y ama las penas, pero la profusión de las indulgencias relaja y hace que las penas sean odiadas; por lo menos, da ocasión para ello.

Las indulgencias apostólicas deben predicarse con cautela para que el pueblo no crea equivocadamente que deban ser preferidas a las demás buenas obras de caridad.

Debe enseñarse a los cristianos que no es la intención del Papa, en manera alguna, que la compra de indulgencias se compare con las obras de misericordia.

Hay que instruir a los cristianos que aquel que socorre al pobre o ayuda al indigente, realiza una obra mayor que si comprase indulgencias.

Porque la caridad crece por la obra de caridad y el hombre llega a ser mejor; en cambio, no lo es por las indulgencias, sino a lo mas, liberado de la pena.

Debe enseñarse a los cristianos que el que ve a un indigente y, sin prestarle atención, da su dinero para comprar indulgencias, lo que obtiene en verdad no son las indulgencias papales, sino la indignación de Dios.

Debe enseñarse a los cristianos que, si no son colmados de bienes superfluos, están obligados a retener lo necesario para su casa y de ningún modo derrocharlo en indulgencias.

Debe enseñarse a los cristianos que la compra de indulgencias queda librada a la propia voluntad y no constituye obligación.

Se debe enseñar a los cristianos que, al otorgar indulgencias, el Papa tanto más necesita cuanto desea una oración ferviente por su persona, antes que dinero en efectivo.

Hay que enseñar a los cristianos que las indulgencias papales son útiles si en ellas no ponen su confianza, pero muy nocivas si, a causa de ellas, pierden el temor de Dios.

Debe enseñarse a los cristianos que si el Papa conociera las exacciones de los predicadores de indulgencias, preferiría que la basílica de San Pedro se redujese a cenizas antes que construirla con la piel, la carne y los huesos de sus ovejas.

Debe enseñarse a los cristianos que el Papa estaría dispuesto, como es su deber, a dar de su peculio a muchísimos de aquellos a los cuales los pregoneros de indulgencias sonsacaron el dinero aun cuando para ello tuviera que vender la basílica de San Pedro, si fuera menester.

Vana es la confianza en la salvación por medio de una carta de indulgencias, aunque el comisario y hasta el mismo Papa pusieran su misma alma como prenda.

Son enemigos de Cristo y del Papa los que, para predicar indulgencias, ordenan suspender por completo la predicación de la palabra de Dios en otras iglesias.

Oféndese a la palabra de Dios, cuando en un mismo sermón se dedica tanto o más tiempo a las indulgencias que a ella.

Ha de ser la intención del Papa que si las indulgencias (que muy poco significan) se celebran con una campana, una procesión y una ceremonia, el evangelio (que es lo más importante)deba predicarse con cien campanas, cien procesiones y cien ceremonias.

Los tesoros de la iglesia, de donde el Papa distribuye las indulgencias, no son ni suficientemente mencionados ni conocidos entre el pueblo de Dios.

Que en todo caso no son temporales resulta evidente por el hecho de que muchos de los pregoneros no los derrochan, sino más bien los atesoran.

Tampoco son los méritos de Cristo y de los santos, porque éstos siempre obran, sin la intervención del Papa, la gracia del hombre interior y la cruz, la muerte y el infierno del hombre exterior.

San Lorenzo dijo que los tesoros de la iglesia eran los pobres, mas hablaba usando el término en el sentido de su época.

No hablamos exageradamente si afirmamos que las llaves de la iglesia (donadas por el mérito de Cristo) constituyen ese tesoro.

Esta claro, pues, que para la remisión de las penas y de los casos reservados, basta con la sola potestad del Papa.

El verdadero tesoro de la iglesia es el sacrosanto evangelio de la gloria y de la gracia de Dios.

Empero este tesoro es, con razón, muy odiado, puesto que hace que los primeros sean postreros.

En cambio, el tesoro de las indulgencias, con razón, es sumamente grato, porque hace que los postreros sean primeros.

Por ello, los tesoros del evangelio son redes con las cuales en otros tiempos se pescaban a hombres poseedores de bienes.

Los tesoros de las indulgencias son redes con las cuales ahora se pescan las riquezas de los hombres.

Respecto a las indulgencias que los predicadores pregonan con gracias máximas, se entiende que efectivamente lo son en cuanto proporcionan ganancias.

No obstante, son las gracias más pequeñas en comparación con la gracia de Dios y la piedad de la cruz.

Los obispos y curas están obligados a admitir con toda reverencia a los comisarios de las indulgencias apostólicas.

Pero tienen el deber aún más de vigilar con todos sus ojos y escuchar con todos sus oídos, para que esos hombres no prediquen sus propios ensueños en lugar de lo que el Papa les ha encomendado.

Quién habla contra la verdad de las indulgencias apostólicas, sea anatema y maldito.

Mas quien se preocupa por los excesos y demasías verbales de los predicadores de indulgencias, sea bendito.

Así como el Papa justamente fulmina excomunión contra los que maquinan algo, con cualquier artimaña de venta en perjuicio de las indulgencias.

Tanto más trata de condenar a los que bajo el pretexto de las indulgencias, intrigan en perjuicio de la caridad y la verdad.

Es un disparate pensar que las indulgencias del Papa sean tan eficaces como para que puedan absolver, para hablar de algo imposible, a un hombre que haya violado a la madre de Dios.

Decimos por el contrario, que las indulgencias papales no pueden borrar el más leve de los pecados veniales, en concierne a la culpa.

Afirmar que si San Pedro fuese Papa hoy, no podría conceder mayores gracias, constituye una blasfemia contra San Pedro y el Papa.

Sostenemos, por el contrario, que el actual Papa, como cualquier otro, dispone de mayores gracias, saber: el evangelio, las virtudes espirituales, los dones de sanidad, etc., como se dice en 1ª de Corintios 12.

Es blasfemia aseverar que la cruz con las armas papales llamativamente erecta, equivale a la cruz de Cristo.

Tendrán que rendir cuenta los obispos, curas y teólogos, al permitir que charlas tales se propongan al pueblo.

Esta arbitraria predicación de indulgencias hace que ni siquiera, aun para personas cultas, resulte fácil salvar el respeto que se debe al Papa, frente a las calumnias o preguntas indudablemente sutiles de los laicos.

Por ejemplo: ¿Por qué el Papa no vacía el purgatorio a causa de la santísima caridad y la muy apremiante necesidad de las almas, lo cual sería la más justa de todas las razones si él redime un número infinito de almas a causa del muy miserable dinero para la construcción de la basílica, lo cual es un motivo completamente insignificante?

Del mismo modo: ¿Por qué subsisten las misas y aniversarios por los difuntos y por qué el Papa no devuelve o permite retirar las fundaciones instituidas en beneficio de ellos, puesto que ya no es justo orar por los redimidos?

Del mismo modo: ¿Qué es esta nueva piedad de Dios y del Papa, según la cual conceden al impío y enemigo de Dios, por medio del dinero, redimir un alma pía y amiga de Dios, y por que no la redimen más bien, a causa de la necesidad, por gratuita caridad hacia esa misma alma pía y amada?

Del mismo modo: ¿Por qué los cánones penitenciales que de hecho y por el desuso desde hace tiempo están abrogados y muertos como tales, se satisfacen no obstante hasta hoy por la concesión de indulgencias, como si estuviesen en plena vigencia?

Del mismo modo: ¿Por qué el Papa, cuya fortuna es hoy más abundante que la de los más opulentos ricos, no construye tan sólo una basílica de San Pedro de su propio dinero, en lugar de hacerlo con el de los pobres creyentes?

Del mismo modo: ¿Qué es lo que remite el Papa y qué participación concede a los que por una perfecta contrición tienen ya derecho a una remisión y participación plenarias?

Del mismo modo: ¿Que bien mayor podría hacerse a la iglesia si el Papa, como lo hace ahora una vez, concediese estas remisiones y participaciones cien veces por día a cualquiera de los creyentes?

Dado que el Papa, por medio de sus indulgencias, busca más la salvación de las almas que el dinero, ¿por qué suspende las cartas e indulgencias ya anteriormente concedidas, si son igualmente eficaces?

Reprimir estos sagaces argumentos de los laicos sólo por la fuerza, sin desvirtuarlos con razones, significa exponer a la Iglesia y al Papa a la burla de sus enemigos y contribuir a la desdicha de los cristianos.

Por tanto, si las indulgencias se predicasen según el espíritu y la intención del Papa, todas esas objeciones se resolverían con facilidad o más bien no existirían.

Que se vayan, pues todos aquellos profetas que dicen al pueblo de Cristo: "Paz, paz"; y no hay paz.

Que prosperen todos aquellos profetas que dicen al pueblo: "Cruz, cruz" y no hay cruz.

Es menester exhortar a los cristianos que se esfuercen por seguir a Cristo, su cabeza, a través de penas, muertes e infierno.

Y a confiar en que entrarán al cielo a través de muchas tribulaciones, antes que por la ilusoria seguridad de paz.
Wittenberg, 31 de octubre de 1517.


El sensacional efecto de la ideas de Lutero comenzó un movimiento de protestas públicas denunciando los abusos cometidos por la Iglesia. Este movimiento tocó al centro y norte de Europa y como resultado Lutero fue acusado de herejía por la Iglesia.
Lutero fue excomulgado de la Iglesia, aun así él prosiguió condenando las prácticas religiosas de la época por muchos años. Los príncipes alemanes endosaron la actitud de Lutero y lo apoyaron entrando con él en protesta en contra del establecimiento religioso. Desde este entonces, todo los disidentes de la Iglesia Católica Romana se han conocidos como protestantes.





LA OBRA DE CALVINO

EL ESTADO TEOCRÁTICO CALVINISTA DE GINEBRA Y EL ESPÍRITU DEL CAPITALISMO
En Ginebra se produjo un encuentro entre la ciudad y un hombre que tendría importantes consecuencias en la historia universal. La ciudad, situada en el cruce de las rutas comerciales, estaba en guerra con sus señores, el obispo y el Duque de Saboya: ambos obstaculizaban el desarrollo de su comercio y le apretaban el cinturón. Dada la situación, los ciudadanos pidieron ayuda a los suizos, quienes acudieron de buen grado e hicieron huir al obispo y al duque. Como el clero católico era considerado un enemigo, la ciudad adoptó la Reforma.
Dos meses después, el destino se presentó en la ciudad en la persona de Juan Calvino (1536).
Calvino era de Noyon, Francia, y había estudiado derecho; pero a través de sus escritos se había hecho un nombre como teólogo reformista. Creía en la predestinación (en el destino), es decir, en que desde el principio de la Creación Dios había predeterminado ya quién se salvaría y quién se condenaría. A primera vista, esta absurda doctrina parece decir que la moral no puede influir sobre el comportamiento humano, pues todo está escrito. Y así es desde el punto de vista teórico; pero, desde el punto de vista práctico, dice más bien lo contrario: puesto que obrar y vivir en el temor de Dios se interpreta como síntoma de que se es uno de los pocos elegidos, todos desean descubrir en sí mismos los signos de la gracia divina y obran convenientemente.
También tenía su propio sistema inmunológico: en caso de persecución, la constante preocupación por salvarse convertía la perseverancia en un signo evidente de que se estaba entre los elegidos. Hacía que el individuo desarrollara una conciencia moral elitista y que se sintiera parte de la comunidad de los santos. Quien perseguía a los calvinistas, los fortalecía.
Cuando Calvino llegó a Ginebra, colaboró con el reformador Guillermo Farel, en trance de implantar un riguroso régimen moral. Contra él se rebeló el partido libertino (término que tomó el significado de desenfrenado o vicioso en la contrapropaganda de Calvino) y echó a los reformadores de la ciudad. El obispo católico regresó, y con él la arbitrariedad y la corrupción que tanto perjudicaban al comercio. Arrepentidos, los grandes comerciantes hicieron volver a Calvino y le transfirieron todo el poder.
Calvino se convirtió en una suerte de dictador protestante y fundó un Estado teocrático. Si la utopía se ha realizado en algún lugar, ha sido en Ginebra entre 1541 y 1564 bajo la dirección de Calvino, cuyo sistema se convirtió en el modelo de la mayoría de las comunidades fundamentalistas y puritanas de Holanda, Inglaterra y Estados Unidos.
El principio supremo del Estado teocrático radicaba en la afirmación de que el derecho y la ley de la comunidad están escritos en la Biblia. La interpretación de esta ley es tarea de los pastores y de los mayores (presbíteros). La autoridad terrenal también está subordinada a su órgano supremo (en Ginebra, el Consistorio). Esto suponía implantar una teocracia (poder de Dios) como en el antiguo Israel. La asistencia a la misa se hizo obligatoria y la virtud se convirtió en ley. El placer o, según se mire, el vicio quedó prohibido. Concretamente, se prohibieron las canciones indecorosas, el baile, el juego, el alcohol, los bares, los excesos gastronómicos, el lujo, el teatro, los cortes de pelo llamativos y la ropa indecente. Se determinó el número de platos que podía tener una comida. Los adornos y las joyas resultaban tan molestos como los nombres de santos, ante los que se prefería nombres bíblicos como Habacuc o Samuel. Sobre la prostitución, el adulterio, la blasfemia y la idolatría pesaba la pena de muerte. Sin embargo, Calvino permitió el préstamo de dinero a cambio de intereses, siempre que éstos no fueran abusivos.
La idea de la elección por la gracia, la importancia de las Sagradas Escrituras, la relevancia concedida no a la conciencia sino a la ley, y la autorización de prestar dinero a cambio de intereses, aproximaban a los calvinistas al pueblo de Israel, al tiempo que los distanciaban de los luteranos.
El régimen de Calvino en Ginebra era totalitario. Los mayores y los pastores, verdaderos policías de la moral, controlaban cada movimiento, tomando declaración y expulsando de la ciudad a los que incurrían en alguna falta.
Sin embargo, la fama de Ginebra se extendió por toda Europa. Los viajeros quedaban encantados al comprobar que en la ciudad no había ni robos, ni vicio, ni prostitutas, ni asesinatos, ni enfrentamientos entre partidos. Escribían a sus casas diciendo que allí la delincuencia y la pobreza eran desconocidas. Lo que reinaba era el cumplimiento del deber, la pureza de costumbres, la caridad y la ascesis mediante el trabajo.
Pues, según Calvino, uno de los mandamientos del Señor era éste:
el hombre no ha de desaprovechar inútilmente el tiempo que Dios le ha dado, y si lo hace, esto es un signo de que se condenará. Si, por el contrario, lo aprovecha debidamente en el trabajo, esto significa que está entre los elegidos. Si ve aumentar su dinero como resultado de su trabajo, esto también indica que es uno de los elegidos, lo que convence siempre a los afortunados.
Consecuencia: el calvinismo armonizaba perfectamente con los intereses comerciales de Ginebra, con el capitalismo en general y con la búsqueda del éxito.
El calvinismo hizo posible el matrimonio entre la religión y el dinero.
La Reforma ayudó al nacimiento de la modernidad.

Miguel Servet en la hoguera

Hace 450 años, el médico y teólogo español que descubrió la circulación de la sangre fue quemado vivo en Ginebra por orden de Juan Calvino.

Una caritativa mujer arrojó leña seca para que la hoguera prendiese. Era la madrugada del domingo 27 de octubre de 1553, hace 450 años. El rocío de la noche en Ginebra había mojado los haces que rodeaban la estaba donde había un hombre atado, estupefacto ante lo que estaba sucediendo. Coronado de pámpanos rebozados de azufre y con su libro “Christianismi Restitutio” entre las piernas, iba a ser “purificado por las llamas”.

El reo pedía el hacha en lugar del fuego, pero Farel, sicario de Juan Calvino, replicaba a gritos: “Confiesa tu crimen y Dios se apiadará de tus errores”. Al cruzar el reo la mirada con la de Calvino, aún exclamó: “Darás cuenta de este crimen y más allá seguiremos discutiendo”.

Fue la más sonada de las ejecuciones de la reforma calvinista en Ginebra. El reo, de 42 años, se llamaba Miguel Servet o también Michel Villeneuve, nombre de clandestinidad que utilizaba en recuerdo del lugar de su nacimiento, en Vilanova de Xixena, obispado de Lérida, junto a la raya de Aragón.





ENRIQUE VIII

ENRIQUE VIII (1509-1547) Heredó el trono a la muerte de su hermano, el príncipe Arturo,casado con Catalina, hija de los Reyes Católicos. Era joven, bien parecido, de presencia atlética y muy inteligente; pero a la vez era egoísta, duro y cruel. Contrajo matrimonio con Catalina, viuda de su hermano. Dueño de un país tranquilo y próspero, todo hacía suponer que su reinado sería feliz. Años después se enamoró perdidamente de una dama irlandesa, Ana Bolena, y pretendió obtener el divorcio. Ante la negativa del Papa, rompió las relaciones con Roma, repudió a Catalina de Aragón y se casó con Ana Bolena. A los tres años Ana era decapitada por coqueta (acusada de adulterio). Todavía Enrique VIII contrajo cuatro nuevos matrimonios: con Juana Seymur, con Ana de Cleves, con Catalina Howard y con Catalina Parr, la única que le sobrevivió. Por haber roto públicamente con Roma fue excomulgado por el papa Clemente VII, pero el monarca hizo promulgar el Acta de Supremacía que le constituían en jefe supremo de la Iglesia Anglicana. Definió el dogma a su capricho e impuso la pena de muerte, que aplicó cruelmente contra los católicos fieles a Roma. A su muerte, subió al trono su hijo Eduardo VI (1547-1553). Durante su reinado llegaron a Inglaterra gran número de luteranos que afianzaron el anglicanismo y contribuyeron a darle forma, aunque subsistía una gran masa de población católica. A la muerte de Eduardo VI fue reconocida como soberana la hija de Enrique VIII, María Tudor (1553-1558). Como era católica, dictó una serie de leyes prohibiendo o persiguiendo el culto protestante. Esta reina estaba casada con Felipe II de España y era tan ardientemente católica como él. Cuando murió la reina María Tudor, le sucedió su hermanastra, la hija de Enrique VIII y Ana Bolena, Isabel I (1558-1603), mujer de pocos escrúpulos, áspera e insensible, pero sagaz y calculadora. Era ardiente anglicana y durante su reinado mantuvo la misma trayectoria política sin tener en cuenta obstáculo alguno: proteger la corona y procurar la prosperidad de Inglaterra manteniéndola apartada de las luchas que se desarrollaban en el Continente. Completó la Reforma anglicana y persiguió con la misma dureza y crueldad a los católicos que a los calvinistas. Expropiadas las iglesias católicas, los sacerdotes tuvieron que celebrar la misa secretamente. Por esta razón fue la gran enemiga de Felipe II. Protegió a los protestantes, enemigos de España, y alentó las sublevaciones de los Países Bajos. Gracias a ella, Inglaterra fijó los cimientos de su grandeza y poderío. Bajo su protección y dirección, los piratas ingleses asolaban las colonias del Nuevo Mundo y se apoderaban de las naves que, cargadas de riquezas, regresaban a España. El más famoso de todos fue Francis Drake, el segundo navegante que dio la vuelta al mundo.





María Estuardo (1542-1587), hija de Jacobo V de Escocia, se educó en la Corte francesa, pues estaba destinada a ser la mujer del príncipe Francisco II. En 1560 murió su esposo, Francisco II, rey de Francia, y como sus padres habían fallecido también regresó a Escocia para ser coronada reina. En su patria existía un gran ambiente de lucha religiosa. Juan Knox, discípulo de Calvino, propagaba la doctrina protestante, el Parlamento había adoptado las doctrinas presbiterianas y los católicos eran perseguidos, los prelados habían sido expulsados del reino y las turbas, enardecidas, destruían las imágenes y saqueaban las iglesias y conventos. El mayor deseo de María Estuardo era restablecer la religión católica en Escocia. Casó con su primo, el lord católico Enrique Darnley, hombre vicioso y de malas costumbres, que murió en circunstancias misteriosas. La voz popular atribuyó el asesinato al conde de Bothwell, íntimo de la reina. En el colmo de la irreflexión, María Estuardo contrajo matrimonio con el conde a los tres meses de haber enviudado. Toda Escocia se conmovió por el hecho y consideró a María cómplice del asesinato. Los protestantes tomaron las armas, Bothwell huyó a Dinamarca y María Estuardo fue encarcelada, viéndose obligada a abdicar en favor de su hijo Jacobo. Cuando pudo huir de su encierro, se refugió en Inglaterra bajo la "cariñosa protección" brindada por Isabel. Ésta, envidiosa de la belleza y talento de María Estuardo, la encarceló sin hacer caso a los reclamos de las cortes de España y Francia.Luego de 19 años de cautiverio, Isabel ordenó abrirle proceso, y acusándola de complicidad en una conjura la hizo decapitar en una sala del castillo de Fotheringay.

Biografía de Enrique VIII
Uno de los personajes más importantes del siglo XVI. Hombre de recio carácter quien trató de dominar a su antojo. Rey de Inglaterra, monarca de monarcas. Impuso su peso y pensamiento sobre demás doctrinas y razones. Evidente es reconocer, no obstante, que fue él uno de los grandes constructores de la historia: Enrique VIII. Un hombre de gran peso Hay de hombres a hombres, de monarcas a monarcas, de reyes a reyes. La historia de este personaje, que hoy tocamos, parece ser la de un vivo recuerdo de muchos pormenores que hicieron cambiar la historia. Una figura de gran peso y gran renombre.
Un personaje que desde lo alto de su trono no se conformó con oponerse a leyes, reglas o preceptos. Él fue aún más allá de todo y enfrentó a grandes figuras desde ministros, gobernantes e incluso hasta a el mismo Papa. Enrique VIII nació justo donde comienzan las horas, en el pequeño poblado de Greenwich, Inglaterra, allá por el año de 1491. Rey de Inglaterra de 1509 a 1547, Enrique VIII fue el seudogénito(segundo hijo) de Enrique VII y de Isabel de York. Sucedió a su padre a causa del fallecimiento, en 1502, del primogénito, Arturo, su hermano.
Enrique: el niño bajito y regordete, desde chiquito, el pequeño Enrique era muy dado a los dulces, pasteles y chocolates, lo mismo que a la fruta, particularmente la uva y la manzana. No podía estar sin comer y su madre lo regañaba porque muchas veces lo pescaba comiendo, a deshoras, las ricas galletas que preparaba para la cena. Así, entre comida y lujos, entre festines y riquezas, entre ostentación, pleitos y riñas familiares fue creciendo el futuro rey de Inglaterra. Así, entre el correr de rumores, el zumbido de las abejas portadoras de rica aunque venenosa miel de murmuraciones, la vida de Enrique VIII fue tomando su rumbo. Su primer matrimonio a los dieciocho años, en el mismo año de su coronación (1509), contrajo matrimonio, principalmente por razones de estado, con Catalina de Aragón, viuda de Arturo, príncipe de Gales (muerto en 1502). Catalina era hija de los Reyes Católicos y había nacido en Alcalá de Henares. Con lo anterior, es posible pasar a creer que los matrimonios (como muchas veces sigue sucediendo ahora) se hacían por conveniencia a fin de conjugar y acrecentar fortunas, olvidando el deber de gobernante y pensando solo en la fama, el poder y el avasallamiento.
Su política
Enrique basó su política en la confiada alianza con España dirigida contra Francia por sus tradicionales rivalidades sobre Flandes, Calais y Escocia. La preponderancia imperial después de la batalla de Pavía, en 1525, le indujo a aproximarse a Francia para contrarrestar el poderío español, el cual ya se dejaba sentir. Desde los inicios de su reinado apoyó al papado frente a la Reforma, e incluso, consta, escribió en 1521 un tratado llamado Assertio septem sacramentorum (Defensa de los siete sacramentos) contra el credo luterano, por lo que se le concedió el título de "Defensor de la fe", pero la cuestión matrimonial (el querer casarse nuevamente, sin que hubiese muerto su legítima esposa) inició su distanciamiento y futuro rompimiento con la Santa Sede y con el Papa. Inician los problemas a falta de descendencia masculina del enlace con Catalina de Aragón, quiere Enrique romper su vínculo matrimonial; solicita la anulación al Papa, pero éste se opone. La vida de Enrique VIII empieza a disiparse. Ya no es el de antes y empieza a tener amoríos con quien se le ponga enfrente. Ante esta falta de descendencia masculina, Enrique VIII decide nombrar duque de Richmond a su hijo ilegítimo Enrique Fitzroy, anteponiendo los derechos de éste a los de su esposa y de su hija, María Tudor (nacida en 1516). Los problemas comienzan. Catalina es relegada a un segundo término. Piensa pedirle el divorcio. De hecho lo hace. Ella se opone. Luego, Enrique va más allá y le solicita al Papa la anulación. En 1527 inician las negociaciones, aludiendo, o alegando como pretexto, su parentesco. (Recordemos que Catalina era la esposa de Arturo, hermano de Enrique). El rompimiento Cuando dichas negociaciones fracasan, ante la firme negativa de Clemente VII de otorgarle la anulación, se produce la caída del ministro Wolsey, siendo éste substituido por Thomas Cromwell. Luego, para lograr la sumisión del clero, Enrique VIII convoca al Parlamento (1529-1536) que dicta la anulación de muchos privilegios eclesiásticos. Catalina, por su parte, había apelado al tribunal pontificio y a la ayuda de su sobrino Carlos V. El papa Clemente VII se había mostrado indeciso y conciliador, pero en 1529 el pontífice prohibió a Enrique VIII contraer nuevo matrimonio, aunque no se pronunció sobre el divorcio. No obstante, el arzobispo de Canterbury, Thomas Cranmer, declaró nulo el matrimonio (esto el 23 de mayo de 1533) y Catalina terminó sus días recluida en varios castillos, sin renunciar jamás a sus derechos de reina. Por su parte Enrique VIII recibía de parte del propio arzobispo de Canterbury la aprobación para su enlace con Ana Bolena. Su rompimiento con Roma se había dado. La aceptación de su enlace con Ana le obliga a romper con Roma. Y, mientras, por una parte, la Iglesia le excomulga (11 de julio de 1533), el parlamento aprueba un documento llamado "Acta de Supremacía" (noviembre de 1534), en que se declara la independencia de la iglesia anglicana bajo la soberanía del rey. Hay ciertos opositores, entre ellos Tomás Moro y Juan Fisher. Pero Enrique VIII no podía soportar disidencias. Tanto Tomás Moro como Juan Fisher son vilmente ejecutados, en 1535. Las discrepancias continuaron. Algunos más se revelaron, pero quien tenía la sartén por el mango y la corona en la cabeza era Enrique VIII y él era quien habría de ganar.
En 1536 y 1539, por razones financieras, a la vez que, en parte, políticas, se procedió a secularizar los monasterios y a confiscar los bienes de la Iglesia. En política interior Enrique VIII impulsó la formación de un estado moderno, un estado soberano, integrando los organismos feudales de las Marcas (provincias o distritos) en administraciones reales, verdaderas. Quiso el soberano y lo logró, enaltecer el espíritu inglés. Con gran fuerza y excelente visión supo infundir el ánimo necesario para que el pueblo se considerase de gran valor. Durante su reinado se asimiló el País de Gales a Inglaterra (1536), anexionado Irlanda y proclamándose rey de este país en 1541. De nuevo con la Iglesia Fue, hasta cierto punto, un hombre de principios. Si bien enfrentado con el Papa, excomulgado y de pleito por un simple capricho amoroso, Enrique VIII jamás dejó de reconocer muchas de las bondades de la religión. Cauto en la cuestión religiosa (esto debido a su habilidad de gobernante, a su sapiencia para conservar el poder y tolerar enojos), durante su reinado, el anglicismo no pasó de ser un mero cisma religioso. Por una parte daba cabida al luteranismo, por otra parte daba vida al anglicismo y por último, mantenía, después de todo y a pesar de todo, sus lazos y benevolencia hacia el catolicismo. Un rey entre mujeres Enrique VIII no se conformó con una ni con dos esposas. Tal parece que nuestro simpático y regordete personaje (se dice que era muy chistoso, a veces atolondrado y caprichoso) no se conformaría con una sola mujer. Las mujeres se reían de él. Él se enfadaba. Ellas tenían aventuras con caballeros más jóvenes y apuestos a quienes contaban todas las intimidades del decrépito monarca. Aún así, muchas le querían. Enrique VIII era el rey de Inglaterra y de algún modo habría que complacerle. Sus demás matrimonios tras el matrimonio con Ana Bolena, de la que nació la futura Isabel I, la necesidad de un hijo varón y el temperamento apasionado, a veces infantil, del rey le condujeron a una serie de nuevos matrimonios. Así iría completar hasta seis nupcias. Casado primeramente con Catalina de Aragón, luego con Ana Bolena, Enrique VIII se casaría posteriormente con Juana Seymour, Ana de Cléves, Catalina Howard y Catalina Parr. Con todas tendría sus pasiones, lo mismo que sus enojos y desventuras. Víctima de gota, el pesado Enrique VIII no tenía más remedio que aguantar dolores, rumores, vejaciones e insultos nada velados, aunque sí claramente insinuados e hirientes. Él ya no podía como hombre defenderse.
Sus últimos años aunque ya muy debilitado de fuerza y de carácter, más que todo por su estado físico y la gota que le acribillaba más su alma que sus pies, Enrique VIII intervino los últimos años, activamente, en política exterior. No tuvo éxito en su intento de someter a Escocia, aunque sí se alió con Carlos I para contrarrestar la influencia de Francia que quería a toda costa la tierra escocesa. En otros aspectos, inició lo que sería una gran potencia marítima, la poderosa flota naval de Inglaterra. Hizo mucho por su reino y a pesar de todo, el pueblo le reconoce como un gran monarca que fue: Enrique VIII, el rey de las seis esposas.

State Church
The Thirty-Nine Articles, 1662


The Thirty-Nine articles first promulgated in 1571 in the reign of Elizabeth I and re-instated in 1662 under Charles II defined the nature of the Church of England. Most of the articles are concerned with matters of doctrine but just as importantly the Articles define the nature of authority with regards to a state church.

XXI. Of the Authority of General Councils.

General Councils may not be gathered together without the commandment and will of Princes. And when they be gathered together, (forasmuch as they be an assembly of men, whereof all be not governed with the Spirit and Word of God,) they may err, and sometimes have erred, even in things pertaining unto God. Wherefore things ordained by them as necessary to salvation have neither strength nor authority, unless it may be declared that they be taken out of holy Scripture.

XXXVI. Of Consecration of Bishops and Ministers.

The Book of Consecration of Archbishops and Bishops, and Ordering of Priests and Deacons, lately set forth in the time of Edward the Sixth, and confirmed at the same time by authority of Parliament, doth contain all things necessary to such Consecration and Ordering; neither hath it any thing, that of itself is superstitious and ungodly. And therefore whosoever are consecrated or ordered according to the Rites of that Book, since the second year of the forenamed King Edward unto this time, or hereafter shall be consecrated or ordered according to the same Rites; we decree all such to be rightly, orderly, and lawfully consecrated and ordered.

XXXVII. Of the Power of the Civil Magistrates.

The King’s Majesty hath the chief power in this Realm of England, and other his Dominions, unto whom the chief Government of all Estates of this Realm, whether they be Ecclesiastical or Civil, in all causes doth appertain, and is not, nor ought to be, subject to any foreign Jurisdiction. Where we attribute to the King’s Majesty the chief government, by which Titles we understand the minds of some slanderous folks to be offended; we give not our Princes the ministering either of God’s Word, or of the Sacraments, the which thing the Injunctions also lately set forth by Elizabeth our Queen do most plainly testify; but that only prerogative, which we see to have been given always to all godly Princes in holy Scriptures by God himself; that is, that they should rule all estates and degrees committed to their charge by God, whether they be Ecclesiastical or Temporal, and restrain with the civil sword the stubborn and evil-doers.

The Bishop of Rome hath no jurisdiction in this Realm of England.

The Laws of the Realm may punish Christian men with death, for heinous and grievous offenses.

It is lawful for Christian men, at the commandment of the Magistrate, to wear weapons, and serve in the wars.





¿Por qué Enrique VIII establece la reforma religiosa en Inglaterra?

¿Cómo hizo Enrique VIII para anular su matrimonio con Catalina de Aragón?

¿Quiénes lo ayudaron a separarse de la Iglesia Católica?

¿Quién es María "La Sangrienta" y qué doctrina religiosa defendía?

¿Quién es Isabel y qué doctrina religiosa defendía?

Describe los principios de la religión anglicana.



LA CONTRAREFORMA

La Contrarreforma católica
Después de 1521, el Papado comenzó a realizar una serie de reformas para mejorar la organización interna de la Iglesia Católica. Se establecieron reglamentos muy estrictos para las órdenes religiosas tradicionales. En 1540 se autorizó la creación de la Compañía de Jesús, fundada por Ignacio de Loyola sobre la base de dos principios: la obediencia absoluta al Papa y la estricta aceptación a los principios de doctrina dictados por la Iglesia de Roma. Los jesuitas se convirtieron en el principal apoyo y defensa del nuevo catolicismo.
En el Concilio de Trento (reunido entre 1545 y 1563) los obispos católicos reafirmaron los dogmas de fe que habían sido puestos en duda por Lutero, crearon centros destinados a la formación de sacerdotes y reconocieron al Papa como la autoridad superior de la Iglesia Católica. Aprobaron también el restablecimiento del Tribunal del Santo Oficio, conocido como la Santa lnquisición. Encargaron a esta institución, que existía desde siglos anteriores, controlar y garantizar la pureza de la fe católica de los creyentes y de aquellos que se convertían al cristianismo. Y también, la realización del índice de los libros prohibidos para la lectura de los católicos, por contener afirmaciones contrarias a la fe. Este movimiento fue llamado la Contrarreforma católica porque se propuso limitar el avance de la Reforma protestante.

ATRASO EN LA CONTRARREFORMA CATÓLICA
¿Por qué pudo extenderse la Reforma durante la primera mitad del siglo sin chocar con la resistencia del emperador o de la Iglesia? Respuesta:
1. Antes de poder convencer a la gente de la supremacía de la religión verdadera, el Papa tuvo que reformar su propia Iglesia. Primero tuvo que tomar impulso, para finalmente organizar una especie de asamblea reformista, el llamado Concilio de Trento, que se celebró desde 1545 hasta 1563 en la capital de la actual provincia del Trentino. La Iglesia quedó reformada mediante:
—el establecimiento de la línea católica frente a las desviaciones protestantes, revisionistas y paulinas;
—la formación de los cuadros eclesiásticos;
—la reforma de la jerarquía de la Iglesia y del clero;
—la introducción de la censura y de los índices de libros prohibidos;
—el establecimiento de los métodos de la Santa Inquisición: espionaje, tortura y terror;
—la organización militar de los cuadros eclesiásticos mediante la orden de los jesuitas (fundada en 1534 por San Ignacio de Loyola, que iba al mismo colegio que Calvino y se le parecía).
Mediante estas medidas se logró recuperar para el catolicismo gran parte de Alemania, toda Francia y Polonia.


MARTIN LUTERO

Teólogo y reformador religioso alemán, precipitó la Reforma protestante al publicar en 1517 sus 95 tesis denunciando las indulgencias y los excesos de la Iglesia católica.
Para Lutero la esencia del cristianismo no se encuentra en la organización encabezada por el papa, sino en la comunicación directa de cada persona con Dios.

Martín Lutero nació en Eisleben en 1483, hijo de una familia de origen campestre y dueña de una mina. Atendía la escuela latina en Mansfeld desde 1488, continuando sus estudios en Magdeburgo y luego en Eisenach. En 1501, empieza sus estudios en Erfurt con la intención de hacerse abogado.

En 1505, tomó una decisión que iba a cambiar el curso de su vida de manera radical. Decidió entrar al monasterio Augustino en Erfurt.

Esa decisión, junto a la búsqueda de un Dios gracioso y la voluntad del mismo, culminó en el desarollo de la reforma de la iglesia. Las experiencias negativas que Lutero tuvo con los medios eclesiales de gracia, no solo favorecieron la crítica respecto al lamentable estado de las prácticas en la iglesia, sino más bien obligaron a una revisión fundamental de la teología medieval.

En 1507, con 24 años, fue ordenado sacerdote y tres años más tarde viajó a Roma, la capital de la cristiandad; pero este viaje, lejos de ayudarle en su búsqueda espiritual, tuvo para él el efecto contrario al percatarse de la frivolidad y mundanalidad en la que aquella iglesia había caído. De vuelta a su patria se doctoró en teología en 1512 comenzando a dar clases en la universidad de Wittenberg.

Las indulgencias

En 1517 aparece en escena un monje dominico, Tetzel, predicador de las indulgencias. Por medio de la compra de indulgencias, según la enseñanza tradicional, se libraba a las almas recluidas en el purgatorio de los tormentos del mismo. El dinero obtenido en esta ocasión por este medio sería invertido, a partes iguales, en la erección de la basílica de San Pedro en Roma y en la compra por parte de Alberto de Hohenzollern de un obispado. Fue entonces cuando Lutero escribió y clavó en la puerta de la iglesia del castillo de Wittenberg sus Noventa y cinco tesis. Este documento fue la chispa que puso en marcha todo un proceso cuyas consecuencias iban a ser de largo alcance.

Su crítica pública contra el abuso de las cartas de indulgencias en 1517 no solo produjo la discusión deseada, sino que además causó la apertura de un tribunal de inquisicón culminando en la excomulgación de Lutero, después de la dieta imperial de Worms, en 1521. Federico el Sabio organizó un "secuestro" para proteger la vida de Martín Lutero.
Lutero se quedaba en el castillo Wartburg como Doncel Jorge por casi un año, traduciendo el Nuevo Testamendo al alemán.

El 15 de junio de 1520 León X publicó la bula de excomunión de Lutero intitulada Exsurge Domine; cuando Lutero la recibió se dirigió a la ciudad y, juntamente con el Derecho Canónico, la arrojó a las llamas. La ruptura estaba consumada. Un fraile había osado levantarse él solo ante todo un sistema religioso de más de mil años de antigüedad, con el solo apoyo de la Palabra de Dios.

En ese mismo año de su condenación Lutero ha escrito incansablemente algunas de sus mejores obras: A la nobleza cristiana de la nación alemana, La cautividad babilónica de la Iglesia y La libertad cristiana.

Lutero viajó a Worms bajo la protección de un salvoconducto y allí, conminado ante Carlos V, a pronunciarse sobre sus doctrinas pronunció las memorables palabras:

"Si no me convencen mediante testimonios de las Escrituras o por un razonamiento evidente (puesto que no creo al papa ni a los concilios solos, porque consta que han errado frecuentemente y contradicho a sí mismos), quedo sujeto a los pasajes de las Escrituras aducidos por mí y mi conciencia está cautiva de la Palabra de Dios. No puedo ni quiero retractarme de nada, puesto que no es prudente ni recto obrar contra la conciencia."

La suerte estaba echada; Lutero se había enfrentado al poder religioso y ahora lo estaba haciendo al poder secular. Las dos grandes instituciones: Iglesia e Imperio no estaban por encima de la Palabra, sino sujetas a ella.

La ruptura más evidente con los votos monásticos se realizó cuando se casó con la anterior monja Catarina de Bora, en Junio de 1525. Ahí, se formó el núcleo principal de la casa parroquial evangélica.

"Después de la Palabra de Dios no hay un tesoro más precioso que el santo matrimonio. El mayor don de Dios sobre la tierra es una esposa piadosa, alegre, temerosa de Dios y hogareña, con la que puedes vivir en paz, a la que puedes confiar tus bienes, tu cuerpo y tu vida."

Después de la guerra de campesinos en 1525, reprobada por Lutero, el reformador promovía la formación de una Iglesia Evangélica territorial por visitaciónes y regulaciones eclesiales.

Falleció en Eisleben, su ciudad natal, en Febrero 1546. Por orden del príncipe elector, Lutero fue sepultado en la iglesia del castillo en Wittenberg.

Con su traducción de la Biblia al Alemán, Martín Lutero ganó fama permanente en relación con la unificación del idioma alemán. Hoy en Día, unos 70 millones de fieles pertenecen a la Iglesia Luterana.

Inventar un idioma, crear una religión

Lutero fue el primero en potenciar el invento de Gutemberg. Hasta 1534 sólo circulaban traducciones al latín de la sagrada escritura, cuya lectura y estudio estaban destinadas a sacerdotes y eruditos. La traducción de Lutero intentó poner la Biblia al alcance de la población, siguiendo su idea de que cada lector y no la iglesia es responsable de la interpretación de la Biblia.

Para conseguir su objetivo, Lutero inventó una suerte de mezcla entre las características común de los dialectos que por entonces se hablaban en Alemania y el latín y así creó el llamado "alemán puro", un idioma artificial que es la base de la actual lengua alemana.

Lutero publicó su Biblia apenas 60 años después de la invención de la imprenta y con ello se transformó en el primer libro de circulación masiva de la historia y también marcó el inicio de otra revolución: la lectura masiva.

El impacto espiritual de la Reforma

El protestantismo provocó un gran impacto en la mentalidad de los europeos del siglo XVI. Las ideas de Lutero habían abierto el camino de la libertad de conciencia, no sólo para la fe sino también para todas las facultades espirituales del hombre.
Para muchos hombres la difusión de la religión protestante significó un cambio de actitud ante algunos elementos de su vida cotidiana. El cuestionamiento que hizo Lutero de la autoridad del Papa y de la jerarquía de la Iglesia de Roma, tuvo repercusiones que superaron el plano de la vida religiosa. Para muchos príncipes, la religión protestante significaba un reforzamiento de su autoridad laica y por eso la impusieron en sus Estados. Para muchos campesinos, las ideas de la Reforma justificaban la desobediencia al poder de los señores. Si el Papa era desafiado y sus juicios ya no eran infalibles para todos los cristianos, también podía cuestionarse la autoridad de los señores feudales. Sin que Lutero se lo propusiera, sus ideas influyeron sobre los campesinos, quienes disconformes con sus condiciones de vida, se rebelaron contra el poder señorial.
La religión protestante también ejerció una gran influencia en las actitudes de los burgueses. La estricta moral protestante —enemiga de los lujos y de los despilfarros—, la práctica de una vida austera, la idea de que los hombres obtenían su recompensa o su castigo en la vida terrenal, eran principios que se adecuaban muy bien a las actividades de los burgueses. Los hombres de negocios podían ver que su enriquecimiento era una recompensa por sus esfuerzos personales, por su espíritu de empresa y de ahorro y por su respeto y cumplimiento de las normas de la nueva religión.

¿Qué consecuencias trajo la prédica de Martín Lutero en la mentalidad de los europeos?

The Protestant Reformation

The Church in the Middle Ages assumed the role of “guardian of the faith” and officially claimed to be the conscience of Christian rulers and their subjects. This claim, however, did not go unchallenged. Early in the fourteenth century, King Philip IV of France objected to Church influence: (1302)
‘The pope pretends that we are subject to him in the temporal government of our states and that we hold the crown from the Apostolic See. . . . This kingdom which (our ancestors) have until now so wisely governed—it appears that it is not from God alone, as everyone has always believed, that we hold it, but from the pope.’

The first challenges to Church authority came from nonconformists within the church itself such as St. Francis of Assisi (1182-1226) who insisted on absolute poverty for himself and his followers, imitating the example of Christ and the apostles. St. Francis narrowly escaped being labelled a heretic, but many of his followers did. A reading from George B. Shaw’s play, St. Joan illustrates a new threat to the monolithic Church, nationalism.
‘I can only tell you that (nationalism) is essentially anti-Catholic and antiChristian; for the Catholic Church knows only one realm, and that is the realm of Christ’s kingdom. Divide that kingdom into nations and you dethrone Christ.’
In 1431, at the age of nineteen, she was burned at the stake, a heretic. In 1920, she was canonized a saint. The question is an interesting one: Which of today’s heretics will become tomorrow’s heroes?

Other factors leading to criticism of the Church were its decline in prestige due to the Great Schism (1378-1417) and the decline in power of certain European secular rulers upon whom the Church depended to enforce certain taxes and orders. Within the Church loyalty was beginning to ebb with the ideas of St. Francis who opposed the Church’s ownership of property; St. Thomas’ allowances for bringing in Aristotle’s ideas into Christian thought. Furthermore, thinkers at the University of Paris (1379) promoted the idea that the authority of the Church rested not in the papacy but in the entire body of believers and called for a Church Council to settle the matter.

Renaissance popes, as a rule, were doing nothing to increase confidence in the Church. Many were patrons of Humanism and the arts. Two were noted for their wars (Julie II was known as the “Warrior Pope”); Rodrigo Borgia (Aleander VI, 1492-1503) lived openly with his mistresses. Alexander gave his Spanish relatives whatever they asked for, and his illegitimate son, Cesar, made a bloody attempt to become ruler of all central Italy with his father’s help. Splendor became a substitute for reform.
Finally, Pope Julius II agreed that changes were necessary and began to open dialogue for reform.

Nombra a dos de los Papas que se destacaron por su violencia y por su corrupción.




Further events suggest that rising expectations during a time of crisis do very little to quench the fire of change but actually fan the flames into a larger conflagration. This dialogue was opened in the first two decades of the sixteenth century, sixty years after the humanist scholar Lorenzo Valla in 1440 had proved the Donation of Constantine to be a forgery.
He, along with many others, including Martin Luther, believed that the Church was permeated with superstition, corruption and false doctrine. He bitingly criticized the clergy and civil rulers, but had no wish to break with the Church that he often unmercifully attacked. Erasmus believed that individuals had the Godgiven right to seek reform in the Church, but in the final analysis, Christians must depend on Church Councils to decide matters of correct doctrine. The Church, ultimately, was God’s agent on earth and had to be recognized as such, regardless of the individual Christian’s dissatisfactions with its practices.

In the fifteenth century, Pope Sixtus IV claimed the power to release the souls of the dead from the penance they were doing in Purgatory, if contributions called “indulgences” were made on the dead loved one’s behalf. Special indulgences had been issued beginning in 1506, for the purpose of building the new church of St. Peter in Rome. Luther was enraged by the crass sales techniques of a Dominican friar named Johann Tetzel (14701519) who is reported to have claimed, “So soon as coin in coffer rings, the soul from Purgatory springs.” As Tetzel approached Luther’s hometown of Wittenberg, Germany, Luther prepared ninetyfive theses, or propositions for academic debate on the subject of indulgences. His main points were these:
‘There is no divine authority for preaching that the soul flies out of purgatory immediately after the money clinks in the bottom of the chest. . .All those who believe themselves certain of their own salvation by means of letters of indulgences will be eternally damned, together with their teachers. . . Any Christian whatsoever, who is truly repentant, enjoys remission from penalty and guilt, and this is given him without letters of indulgence.’

Luther’s experience as a monk had led him to reject the doctrine that good works could win a person’s salvation. Fasting, praying and confession had led him only to a deeper sense of guilt, depression, and spiritual crisis. Peace finally came after discovering what St. Paul wrote in the first chapter of the epistle of Romans: “Therefore being justified by faith, we have peace with God through our Lord Jesus Christ.” Luther’s futile efforts to satisfy God through selfjustification gave way to the belief that in the matter of saving a man’s soul, man can do nothing; God does everything. The implications of this line of thinking proved to be revolutionary. If man is saved by faith alone, then religious ceremonies and rites, even sacraments, are unnecessary and even dangerous because they imply that man can offer something to God through “good works” that would make man acceptable and worthy of salvation. Only a right personal relationship with God could satisfy Him. Therefore Luther struck at the “good work” that apparently all of Germany was ready to hear about, indulgences. The true treasury of the church, claimed Luther, was God’s forgiving grace, not a coffer of coins extracted by the pope’s agents promising something that went against the teachings of Scripture. What was Luther’s attitude at this time? Was he seeking to break with the Catholic Church and the Pope? Or was this just a protest against a public abuse? His letter to Archbishop Albrecht accompanying the famous Theses gives the answer (October, 1517):
‘I pray that you may accept this humble but faithful admonition graciously as ruler and bishop, even as I submit it with a faithful and devoted heart. For, too, I am one of your sheep. The Lord guard and guide you forever. Amen.’

There is evidence to support the fact that Luther himself was amazed at the public response to this spark which produced the explosion which irreparably split the Christian Church into Catholic and Protestant. Written in academic language, the theses were intended to be propositions for debate, not powder for a debacle.
Charges of heresy were levelled at Luther and he was summoned to Rome to appear before the Pope, Leo X (1513-1521), but because of protection from his prince in Germany Elector Frederick “the Wise” the hearing at Augsburg, where, in October 1518, he was ordered to retract his views on papal authority in the matter of indulgences. Luther courageously refused. In fear of his life, friends in Augsburg smuggled him out of town.
At dead of night, a canon of the cathedral smuggled him out by a hole in the town wall; a mounted city messenger was waiting with a second horse. Just as he was, without trousers or boots, the monk got into the saddle; the messenger, who never said a word, spurred his horse, and the horse with Luther on it followed, away, away. . . . The story of Luther’s ride, trouserless, without spurs, bounced black and blue, caused much amusement in a good many circles.
In a famous debate in June and July of 1519, Luther admitted that the Council of Constance had made an error by condemning John Huss. He had already declared that the Pope was not the final authority in Church matters; now he apparently rejected the infallibility of Church councils. The Pope’s Bull of Condemnation was issued a year later, in June, 1520. During this year of delay, Luther’s ideas were quickly solidifying. His writings were devoted to establishing the authority of Scripture as supreme, and redefining the Christian Church and the duties of a believer toward God and his fellow man.
He was proposing a formula which people had been long ready to accept. The people saw Luther as a man of great courage and personal convictions, willing to stand up for his beliefs before the awesome power of the Roman Catholic Church hierarchy. A further appeal to the people was Luther’s proclamation of the personal “good news” of forgiveness from God.
‘Is it not wonderful news to believe that salvation lies outside ourselves? I am justified and acceptable to God—even though there are in me sin, unrighteousness, and fear of death. . . . Faith is enough for the Christian. He has no need for works to be made just. But he is not therefore to be lazy or loose. Good works do not make a man good, but a good man does good works.’
Another significant idea developed by Luther was in the priesthood of the believer, which overthrew the Church’s longheld practice of an ecclesiastical superiority in spiritual matters. This meant for the people that their daily lives could be lived in a manner that was spiritual service, holy and acceptable to God. To Luther, the Christian’s life was a paradox: His freedom is predicated on his justification by faith in Christ; he is a servant because he is bound by love to serve God and neighbor while conforming to the image of Christ.

These ideas resulted in a final Papal Bull in January, 1521, and an order for Luther to appear before the Emperor Charles V for the civil authorities to hear his case. He travelled to the city of Worms in April, 1521, cheered on by large crowds of people. Would he be asked to recant his beliefs? Would he be martyred? Would the government agree to protect him as a citizen of the Holy Roman Empire? The state was set for real drama. The entire Christian world awaited the outcome.
Martin Luther. . .is one of the few men of whom it may be said that the history of the world was profoundly altered by his work. Not an organizer or politician, he moved men by the power of a profound religious faith, resulting in unshakable trust in God, and in direct, immediate and personal relations to Him, which brought a confident salvation that left no room for the elaborate hierarchical and sacramental structures of the Middle Ages. . . . Whether honored or opposed, none can deny his pre-eminent place in the history of the church.

“The Lutherans”
Issue 1: Indulgences
a. “The Bible no where teaches that when a coin in the coffer rings, a soul from Purgatory springs.”
b. “The sale of these indulgences is telling people they can purchase someone else’s salvation. This is a corrupt lie and must be stopped.”
c. “Priests should preach the Gospel and love of Christ as Christ commanded, not preach indulgences as He did not.”
Issue 2: The Authority of the Bible
a. “The Scriptures alone are the foundation of our beliefs as Christians.”
b. “I stand on the Word of God as recorded in the Bible.”
c. “There is no need for bloodshed. The world will be conquired by the Word of God, and by the Word the Church will be rebuilt and reformed.”
Issue 3: Faith and Works
a. “Faith cannot be inherited or gained by being baptized into a Church. Faith is a matter between the individual and God.”
b. “The truly faithful in the Church is a relatively small number, for ‘narrow is the gate and few there be that find it’’
c. “Faith is from God, not from man. Man can do nothing to earn or receive it. We are right with God by faith alone.”
Issue 4: Church practices (Sacraments)
a. “The celebration of the Mass (the Lord’s Supper) is not for the clergy alone. All believers are priests; therefore, all should celebrate together.”
b. “The words of the priests do not transform the bread into Christ’s body or the wine into His blood. Christ is present no matter what words are spoken or ceremonies performed.”
c. “There should be no sacraments except those found in the Bible: I can find only two, the Lord’s Supper and Baptism.”
Issue 5: Church authority
a. “I will not be convinced by popes and councils but by Scripture and plain reason.”
b. “I do not believe that in order to be a believing Christian you have to believe in the pope also.”
c. “A simple layman armed with scripture is above any pope or Church council.”
Issue 6: The Papal Bull, 1520
a. “I was called by the Pope (Leo X) a wild boar in the vineyard of the Lord. My books were ordered to be burned. I was excommunicated without having the opportunity to defend my beliefs. Is this God’s justice?”
b. “Whatever may happen, I have peace in my being. Not a leaf falls to the ground without God’s knowledge. How much less can any of us fall unless it be His will.”
c. “Let them burn my books. I for my part will publicly burn and condemn the Church’s entire canon law. The faith and the Church are at stake.”
Issue 7: Miscellaneous Published Comments by Luther
a. “The Church authorities have excommunicated me for heresy, I excommunicate them in the name of the sacred truth of God. Christ will judge whose excommunication will stand.”
b. “All the condemned articles of John Huss are Christian.”
c. Seldom has the Pope overcome anyone with Scripture and with reason.”
Issue 8: Luther’s Comments on relics and courage
a. “What lies there are about relics! One claims to have a feather from the wing of the Angel Gabriel; one has a flame from Moses’ burning bush. And how does it happen that 18 apostles are buried in Germany when Christ had only 12?”
b. “My conscience is prisoner to the Word of God. I cannot and will not recant. Here I stand. I cannot do otherwise.”
c. From his famous hymn, “A Mighty Fortress is Our God”:
“That Word they never can dismay, However much they batter. For God himself is in the fray, And nothing else can matter. Then let them take our life, Goods, honor, children, wife. We will let all go. They shall not conquer so, For God will win the battle.”

Resume algunas de la creencias de Lutero acerca de la religión, consulta el texto anterior


The Catholic Church: Changes and Complaints

By the year 1500, things were beginning to change. The old ways of understanding the world and man's place in it were about to make a radical shift. These changes would not only affect the Church, but every other aspect of life as well.
I. Changes Affecting the Church:

A. Exploration
Until this time, Europeans had believed themselves to be at the center of a small, compact world comprised of the three known continents (Europe, Africa, and Asia) and the mysterious "Unknown." The explorations of Columbus, Magellan, and others forced Europeans to reexamine their place in this new, vast world that reached far beyond their original imaginings. Also, the trade stimulated by these explorations meant increased wealth for many and led to the growth of cities and a new class of merchants.

B. Disruption of Class System
Medieval society until this time had been comprised of three classes: the clergy, the nobility, and the peasants. With the increase in trade, however, rose a new class of townspeople eager to capitalize on the opportunities for business and personal wealth. Where did these people fit in? Their recently acquired riches gave them influence that greatly affected the power structure of society.

C. Humanism
As the spirit of the Renaissance swept across Europe, scholars reached back to the works of Greek and Roman philosophers and writers and instigated a new cultural and intellectual movement known as humanism. This philosophy was centered in the belief that the human intellect was a powerful force for change and improvement.


II. Complaints Against The Church

A. Clerical Corruption
Because of the inextricable relationship between the church and politics, many of the clergy had become corrupt as noble families paid for bishoprics and then demanded that their interests be served. Many bishops held more than one office--offices that more often than not had been sold to the highest bidder. People were also upset by the high taxes charged by the bishops to support the Pope and his projects.

B. Problems with Popes
From 1378-1417, two popes claimed leadership of the Church. This problem, known as the Papal Schism, resulted when Philip IV of France persuaded a newly elected French pope to move his headquarters from Rome to France. A successor to the papacy, Urban VI, once again ruled in Rome, but was 'impeached' because he was so moody. The French ruling family chose another pope who again moved to France, but Urban continued to act as pope in Rome. Each declared that he was the pope, and that nothing the other did as pope was valid. Finally, in 1417, a council agreed on a compromise candidate, kicked out the others, and reinstated the papacy in Rome. By this point, however, many people's faith in the pope's authority had diminished.

C. Indulgences
Indulgences were one way in which the Church sought to raise money to support itself. An indulgence was a document that offered release from punishment due to sins, supposedly granted after a person's sins had been forgiven by a priest. In its original form, an indulgence itself did not grant forgiveness of sin. Indulgences were first sold during the Crusades, as a way for those who did not go to fight themselves to support those who did. By the time of the Reformation, however, indulgences were a common way for the Church to raise money. The indulgence to rebuild St. Peter's Basilica, offered by Pope Leo and preached by Johann Tetzel, was what so infuriated Martin Luther -- Tetzel even claimed that this indulgence could atone for sins not yet committed. This, though, is what the common person wanted to hear: that he could confess is sins, pay some money, and be free from suffering in purgatory.



CALVINO

Calvin's view, who were destined for salvation were called the elect. Calvin believed that you could know in your heart if you were one of the elect if you persisted in living a godly life despite temptations to do otherwise. It is not surprising that those attracted to Calvinism were perfectionist, self-disciplined, militant souls who found the rigorous, strict lifestyle a challenge rather than an impossibility.

The other issue on which Calvin strayed from Luther was that of the relationship between church and state. Luther believed that Christian liberty was an internal, spiritual freedom--and that in temporal matters, a Christian owed obedience to the established authority. Calvin, on the other hand, did not recognize the subordination of church to state. He believed that true Christians (the elect) should Christianize the state. In light of this belief, Calvin set up a religious community in Geneva, Switzerland.

Calvin set up his idea of a model Christian community in:
Geneva
In Geneva, a group of ministers were in charge of the church, while a group of lay people and elders ruled the town. Ministers and elders visited parishioners to check on their obedience to the strict rules of the community. In time, Geneva became known as the "Protestant Rome," to which all types of people came to study a model of a scriptural community.

This type of community, where the church runs the government, is called a:
theocracy

One of the rules that Calvinists had to follow was:
a. Attend sermons five times a week
b. No playing cards or dice
c. Do not sing in church
d. No working or playing on Sunday

All of the above--the rule in Geneva and other Calvinist and later Puritan communities was strict. All manner of loose living was suppressed, and those who did not comply were exiled. Again, Calvinists believed that evidence of their status of the elect was in their manner of living.

One important religious group that believed in many of Calvin's ideas were:
the Puritans
The Puritans were a group of English Protestants who desired to 'purify' the English church and rid it of anything Roman Catholic -- elements which they called "popish." They believed in Calvinist doctrines of predestination and election. As long as the pope kept out of their religious affairs, Puritans were willing to acknowledge Queen Elizabeth as head of the Church of England. However, Elizabeth saw their intensity as a threat to the power of her throne and eventually many Puritans fled to Holland and then to America.

In the early 1600's, Puritanism spread to:
America
The Puritans who went to America hoped to create a replica of Calvin's model society in the New World. This dream, to be a "city upon a hill," would be based on a strict interpretation of the Scriptures and no toleration of differing ideas. By going to America, they hoped to be free from religious persecution and limitations.


CONTRARREFORMA

The Inquisition
To stop the spread of Protestantism, the Catholic church set up courts called the Inquisition. The Inquisition had been established in the year 1217 to find and punish heretics, or people whose beliefs differed from those of the church. However, it had not been used very much until Pope Paul III reorganized it in the year 1542. These courts used investigators, trials, prisons, and torture to discourage those who went against the Catholic church. In addition to Protestants, many Jews and Muslims were also tried in the Inquisition courts. Those found guilty were either tortured or killed. The pope was determined to get rid of heresy no matter what it took. It is reported that he once said, "Even if my own father were a heretic, I would gather the wood to burn him."
heresy = any belief that goes against the belief or teaching of the church

The Index
To make sure that no Catholic read anything that might lead him astray, Pope Paul IV published a list of books called the Index in 1559. The Index was a list of books that no Catholic person was supposed to read. Included on the list were all of Martin Luther's works, as well as some translations of the Bible. The Index was divided into three sections. The first section listed the names of writers who were believed to be heretics. The second section listed the titles of books that went against the Catholic beliefs. The third section cited anonymous works that were not to be read. This censorship of books by the Index continued into the twentieth century.
heretic = someone who contradicts (goes against) the teachings of the church
censorship = restriction of something because it is considered wrong or inappropriate

The Council of Trent
The Council of Trent was set up by Pope Paul III in the year 1545 so that bishops and cardinals could review and think about all of the teachings of the Catholic Church. The council met twenty-five different times between 1545 and 1563. At first, they tried to figure out if Catholics and Protestants could compromise and work things out. When they realized that it was too late to compromise, they worked to eliminate existing problems in the church and to decide once and for all where the Catholic Church stood on all the issues with which Luther and other Protestants disagreed. They abolished the sale of indulgences and made rules the priests had to follow to prevent corruption. They also said that the pope is the head of the church and that he is the only one who has the right to interpret the Bible.
Reforming Orders

Some Catholics believed that it was important to reform their church from within. These reformers began their own groups to improve the things that were wrong with the church. Some early reforming orders included the Theatines and the Franciscans, known for their strict observance of priestly duties; and the Ursulines, a group of women who dedicated themselves to the education of poor girls. The most powerful and important of these reforming orders, though, was the Society of Jesus. Its priests, known as Jesuits, were dedicated to converting unbelievers to Christianity, stopping the spread of Protestantism, and helping the poor and sick. The Society of Jesus was founded in 1534 by Ignatius of Loyola, who ran the society like an army and demanded complete obedience. The Jesuits were intelligent, fervent men who were very successful in slowing the spread of Protestantism because of their dedication to education, missionary work, and helping the poor.

Doctrine
This is by no means a work of theology, but the following tables compares a few of the key doctrinal issues separating the Protestants (specifically Calvinists) from the Catholics.

Protestant
Catholic

P. Justification by faith -- Christ's sacrifice atones for all sins, and it is only necessary to believe in it to be saved. There is nothing humans can do by their own efforts to add or detract from it.
C. Both faith and good works (acts of devotion, charity, the sacraments, etc.) are necessary for salvation.

P. The priesthood of all believers -- all believers have equal access to God and no other earthly intermediaries are needed. This does not mean that the flock does not need teachers, but there are no special sacramental functions belonging to any particular class.
C. The Catholic priesthood is necessary as only priests can perform the sacramentsnecessary for spirtual health and correctly interpret the meaning of scripture.

P. The scriptures as the only source of true doctrine -- studying and understanding the scriptures is therefore important to all believers. Translating the Bible into the vernacular tongues and making it available to all is essential.
C.Scripture is only one way in which doctrine is revealed; the decisions of church councils, encyclicals from the Pope, tradition, etc. are all part of it. Only the priesthood of the church can correctly interpret the meaning of scripture -- do not try this at home.

P.Christ's sacrifice happend only once, and no repeat of that sacrifice is necessary. Although Calvinists and Lutherans believe God is present at the sacrament and it nourishes the faithful spiritually, the bread and wine are not literally the body and blood of Christ. Zwinglians take a more extreme view that the sacrament is only symbolic. Everyone takes both bread and wine.
C. The Eucharist is a mystery in which the sacrifice of Christ is reenacted; the bread and wine become spiritually transformed into the true body and blood of the Lord (the doctrine of transubstantiation). Only priests partake of the wine and bread, the populace only takes the bread.

P. No heavenly intermediaries are needed to intercede with God. Atlhough the Virgin Mary, saints, and angels are all in heaven, they should not be the objects of prayer or veneration. The making of images encourages idolatrous worship that should be directed at the more abstract concept of God.
C. Although the saints and angels should not be worshipped, their intercession is valuable and necessary to helping the Christian to achieve salvation. The Virgin Mary is especially honored by God, and should be also by believers. Religious images should not be worshipped, but they help to inspire devotion (these fine points were often lost on the average peasant).

P.God's foreknowledge and ominipotence mean that everyone is predestined to their fate: either to be or not to be one of the elect. Human action avails nothing.
C.God's omnipotence does not restrict human will, and each individual is still responsible for earning their own salvation.

P. The Bible only documents two sacraments: baptism and the Lord's Supper (so called to distinguish the Protestant practice from the Catholic Eucharist). No priestly status is required to perform them, although ministers to the church are necessary and useful to directing and guiding it.
C.There are seven sacraments: baptism, Eucharist (see above), penance (confession/ absolution), confirmation, marriage, holy orders, extreme unction (last rites). Of these, baptism can be performed by anyone in an emergency, and marriage (a historical newcomer to the list) is technically bestowed by the two partners on one another -- all the rest can only be performed by a priest.


Anglican Doctrines

The Church of England having been created by secession from Rome, initiated by King Henry VIII. who then had himself / the King of England as the head of the Church of England made the Anglican Church the most peculiar of all protestant churches in regard to her doctrines, which were established after the church organization had been created (with all other protestant confessions things went the other way round).

The establishment of the Church of England in 1533/1534 went along with a breakdown of Catholic church traditions - the monasteries were dissolved (rather a financial matter, as much of church property ended up in the hands of the king) and celibacy was disregarded, Archbishop Thomas Cranmer among the first to marry.
The SIX ARTICLES of 1539, however, reaffirm Catholic belief (transubstantiation, communion in both kinds restricted to the priest, celibacy was reaffirmed, confession declared mandatory). HUGH LATIMER, Bishop of Worcester, resigned, disappointed by the reluctance of the king to permit the reformation to proceed.
The Reformation was implemented during the reign of Edward VI. (1547-1553; Edward died in 1553 age 16). The two central documents are the FIRST ACT OF UNIFORMITY (1549) and the SECOND ACT OF UNIFORMITY (1552); they introduce the BOOK OF COMMON PRAYER (containing English language prayers and describing the rites of the (reformed) church of England), forbid the use of Latin, Greek, Hebrew prayers and hymns and enforce the Book of Common Prayer. Communion in both kinds was introduced, the celebration of saints' days abolished, fasts continued; the 1552 revised version no longer insisted on Transubstantiation; symbolism such as the use of holy oil, signing the cross of confirmation, was abolished.




Mary reintroduced Catholicism, Elizabeth reaffirmed the Anglican reformation. A new Book of Common Prayer was published, A special license is required to preach. In 1560 the Saints days were reintroduced.
The doctrines specified in the 1559 Book of Common Prayer were inspecific in a number of points; James I. introduced a revised Book of Common Prayer which was rejected by England's Calvinist community (the Puritans); among those disputed points were the question of church organization - the Puritans resented the institution of bishop, and with it state interference in church affairs; King James insisted on bishops (NO BISHOP - NO KING).

The English government regarded the Church of England the sole legitimate STATE CHURCH; minority confessions such as the Catholics and Puritans experienced suppression. The complex history of ENGLAND during the 17th century is largely characterized by the conflict between state & state church versus non-state church confessions. The ACT OF TOLERATION of 1689 maintained the position of the Church of England as state church, but provided room for the minorities.

Lutheran Doctrines

Basic Concept : Salvation by faith alone; three sacraments - baptism, holy communion, penitence. Obedience to state authority.

Fundamental Texts : include the APOSTOLIC CREED, the NICENE CREED (of 381), Luther's CATECHISMs, the AUGSBURG CONFESSION of 1530. In addition the German Lutheran church adopted texts during and after Nazi rule over Germany.

Among these, the only text exclusively Lutheran is Luther's SMALL CATECHISM. In this, Martin Luther lists the Ten Commandments, the Pater Noster as fundamental texts of Lutheranism and outlines why baptism and the holy communion were sacraments. Another chapter defined Luther's view of faith.

Luther did not accept the other Catholic sacraments - matrimony, penance, anointing of the sick, confirmation and holy orders - as God-given; therefore Luther accepted divorce (although neither Luther nor the Lutheran church encourages it). The Lutheran Church practices confirmation, which is not regarded a sacrament.
Luther similarly denied the sacramental character of penance. However, when he felt his death approaching, he made his confession to Johannes Bugenhagen.
Luther rejected monasticism in general; most monasteries and convents where abolished by the protestant reformation, but there were exceptions of (now Lutheran) convents which continued to exist for decades, for instance VADSTENA in Sweden.

Martin Luther rejected the Catholic practice of CELIBACY and advocated priest marriage; he jimself married Catharina von Bora. He rejected the worship of saints.

The Augsburg Confession of 1530 stresses the function of the priest and of confession, without dealing with the disputed question sacrament or not. It was a compromise paper set up by Melanchthon, which the Lutheran side could sign without giving up her identity.

Doctrines of Tridentine Catholicism

Fundamental Texts : the VULGATA (standard Latin translation of the bible; the Council of Trent, however realized the necessity of a reedition, which was published in 1592 (Vulgata Clementina)); the CHURCH FATHERS, the decisions of GENERAL CHURCH COUNCILS; other fundamental sources includedpapal statements, officially recognized revelations and church tradition.
In response to the Protestant Reformation, the Catholic Church added new texts - the TRIDENTINE (ROMAN) CATECHISM (1566), which contained nothing new, but arranged the quintessence of the Council's decisions in a manner suitable for the instruction of laymen, and in emphasizing the CREDO (Nicene Creed).

Basic Concept : the laymen were not regarded capable of interpreting scripture on their own and depended upon the clergy for this purpose. The Church regarded herself "GOD'S INSTRUMENT ON EARTH" and regarded herself entitled to supervise the religious beliefs of the individual, and, if it was regarded necessary, take action (the INQUISITION was charged with combatting HERESY).

Catholic Concepts :
(1) Man through his actions accumulates sins, which will be a burden when his soul is to be judged. The Catholic church provided a number of ways to reduce the burden, which included the ABSOLUTION following a confession, pilgrimages, crusades, the intercession of Saints.

(2) Saints, if called upon, could intercede, cause miracles to happen, if the individual believed strongly. The Council of Trent reacted on Protestant criticism hand had the Calendar of Saints revised; hundreds of pre-reformatoric saints were dropped from the list. Every Saint was assigned a day; every group in society (be it a profession, a nation etc.) had a specific saint suppposedly protecting them. His/her RELICS were regarded to have healing properties.

(3) Miracles and revelations had to be investigated by the church authorities; the Vaticano occasionally still grants official recognition to such events. Then the recognition often justifies the establishment of a new pilgrimage, for instance LOURDES (1873) and FATIMA (1942).

(4) Taking the vows of a priest or monk is an irreversible act, requiring the candidate to take an oath swearing chastity (CELIBACY). In reaction to legitimate Protestant criticism that it was widely ignored among the priesthood, the Council of Trent responded by an enforcement of discipline.

(5) The Council of Trent at no time questioned the institution of MONASTICISM. It reacted on legitimate Protestant criticism regarding widespread abuses in monasteries by enforcing discipline.

(6) The Catholic Church rejected Protestant rejection of images. As the Catholic church did not regard elementary education necessary for everybody, she continued to use images to illustrate biblical stories (church wall paintings and sculptures). BAROQUE churches are richly decorated; as Lutheran and Calvinist communities favoured white church walls without sculptures, Baroque is a basically Catholic art style.



Doctrines of Calvinism


Fundamental Texts : the Bible, in various translated editions; Calvin's Institutes of Christian Religion, the Belgic, Gallic, Scottish etc. Confessions; the CANONS OF DORDT (1618-1619).

Basic Concept : Calvinism emphasizes the local level of the church administration, the active participation of laymen in church affairs. Calvinists believe that God has elected them as being the chosen few to receive salvation; the individual Calvinists, through their lifestyle, their willingness to repent, through charity etc. have still to qualify for salvation.

Catholic Concepts :
(1) There are only two sacraments, BAPTISM and COMMUNION.

(2) The Calvinist church does recognize Saints; the calendar of Calvinist Saints differs from the Catholic Calendar as it is much shorter, and, apart from a number of pre-reformation saints, includes persons such as Jean Calvin, John Knox etc.

(3) Monasticism was abolished; priests permitted to marry.

(4) The Calvinist church rejects images portraying biblical scenes etc. Calvinist churches are plain, without decoration.

THE FIVE SOLAS OR DOCTRINES OF REFORMATION

the “Five Solas” (sola being the Latin word for alone) of the reformation. These five points of doctrine were at the heart of the Protestant Reformation and it was for these five essential Biblical doctrines that the Protestant Reformers would take their stand against the Roman Catholic Church, resisting the demands placed on them to recant of their teaching even to the point of death. These five essential doctrines of the reformation are:

1-“Sola Scriptura” or Scripture Alone: This affirms the Biblical doctrine that the Bible alone is the sole authority for all matters of faith and practice. Scripture and Scripture alone is the standard by which all teachings and doctrines of the church must be measured. As Martin Luther so eloquently stated when asked to recant on his teachings, "Unless I am convinced by Scripture and plain reason - I do not accept the authority of the popes and councils, for they have contradicted each other - my conscience is captive to the Word of God. I cannot and I will not recant anything for to go against conscience is neither right nor safe. God help me. Amen."

2—“Sola Gratia” Salvation by grace alone: This affirms the Biblical doctrine that salvation is by God’s grace alone and that we are rescued from His wrath by His grace alone. God’s grace in Christ is not merely necessary but is the sole efficient cause of salvation. This grace is the supernatural work of the Holy Spirit that brings us to Christ by releasing us from our bondage to sin and raising us from spiritual death to spiritual life.

3—“Sola Fide” Salvation by Faith Alone: This affirms the Biblical doctrine that justification is by grace alone through faith alone because of Christ alone. It is by faith in Christ that His righteousness is imputed to us as the only possible satisfaction of God’s perfect justice.

4—“Solus Christus” In Christ Alone: This affirms the Biblical doctrine that salvation is found in Christ alone and that His sinless life and substitutionary atonement alone are sufficient for our justification and reconciliation to God the Father. The gospel has not been preached if Christ’s substitutionary work is not declared and faith in Christ and His work is not solicited.

5—“Soli Deo Gloria: For the Glory of God Alone: This affirms the Biblical doctrine that salvation is of God and has been accomplished by God for His glory alone. It affirms that as Christians we must glorify Him always and must live our entire lives before the face of God, under the authority of God and for His glory alone.

These five important and fundamental doctrines are the reason for the Protestant Reformation. They are at the heart of where the Roman Catholic Church went wrong in its doctrine and why the Protestant Reformation was necessary to return churches throughout the world to correct doctrine and biblical teaching. They are just as important today in evaluating a church and its teachings as they were then and in many ways, much of evangelical Christianity needs to be challenged to return to these fundamental doctrines of the faith much like the reformers challenged the Roman Catholic Church to do in the sixteenth century.



Reformation: Luther's Main Doctrines


Sale of Indulgences. The sale of indulgences by the Roman Catholic Church to finance the building programs and other budgetary needs of Pope Leo X were the spark that ignited the Reformation in Germany under the leadership of Martin Luther. Luther was an indefatigable worker and a tenacious opponent. When his objections to the Church leadership about the problem of indulgences received no satisfaction, he launched into a protracted debate with them about a variety of issues involving Church doctrine. Luther made effective use of the printing press (newly invented at the time) to publicize his views, and he became a charismatic leader of a new religious movement.

Not intending at first to leave the Roman Catholic Church (he was himself a monk), he soon found himself at the head of a new religious organization with its own set of doctrines. Luther was a scholar of the Bible, and he researched his objections to the Church with great diligence. Based in his study of the Bible, he developed over time a set of doctrines that offered an alternative to traditional Roman Catholic ideas about salvation, revelation, and the church. These ideas contained within them (unbeknownst to Luther) the spark that deconstructed Christian doctrine over the next four centuries.

Luther's Doctrinal Objections

Salvation by Faith Alone. Luther was a biblical scholar whose position was heavily influenced by the study of Paul's letters, where he discovered (or so he claimed) doctrines that undercut Papal authority. Central to this revisionist reading of the Bible was his interpretation of Romans, where he asserted that salvation in heaven depended solely upon God's grace and upon the faith of the believer. Connected with this doctrine are a number of others that form the core of Protestant beliefs.

i. Sola Fidei -- "Justification by Faith Alone". This was the main doctrine that Luther thought he had found in Paul's letters, and some others derive from it according to strict logic. Essentially Luther came to believe that all people fell short of the requirements laid upon them by "the law", and thus they fell under its condemnation. That is, human beings are incapable of living up to the requirements placed on them according to the law of God, since human beings are, of their nature, "sinful and unclean". As Luther claimed, all things human are fallible and imperfect. Not being able to keep the requirements of the law, all people stand judged by it. Luther reasoned, and he understood the New Testament to say, that there is nothing humans can do to gain salvation on their own, and we therefore depend entirely on God's grace for our welfare in the afterlife. In fact, strictly speaking humans do not even "earn" their salvation through faith. Rather, faith is the response of gratitude for God's generosity towards sinful, unworthy beings.

ii. Non-existence of Purgatory. Since Purgatory is a place where people go to "purge" themselves of sinful behavior before they enter Heaven, and since a sufficiency of good works has nothing to do with entry into heaven for Protestants, there is no place for Purgatory in Protestant thinking. Thus, for Luther the sale of indulgences was pure sophistry erected for the expropriation of money from the people of Europe. This conclusion was buttressed by the fact that there is no mention of Purgatory in the Bible.

iii. Priesthood of All Believers. Likewise, since people were saved solely through the grace of God, the ritual actions performed by the priesthood for the salvation of the faithful were also unnecessary. Luther denied the Papal claims of authority based on the doctrine of Apostolic Succession, he denied that Papal excommunication damned one to Hell, that only the Roman Catholic priesthood could administer the sacraments (which were reduced to two for the Protestants -- baptism and the Eucharist), and that the RC priesthood had control of the Office of the Keys. Rather, all those things necessary for salvation were directly accessible to those who responded with faith to the grace God had bestowed on them. Faith, conversion, repentance, and salvation all had to do with an inner, personal experience between the person and God. Following this line of reasoning, all believers are in essence "priests", since the means to salvation is contained within their own personal relationship with God, and not with an office holder in an ecclesiastical organization. More properly put, there is no need for priests in Protestantism. Thus, even down to the present, Protestant churches have no priests, per se; congregations are led by "pastors" (i.e., shepherds) or "ministers" (i.e., servants).

iv. Sola scriptura. Luther based his conclusions about the nature of Christian dogma on his own interpretation of the Scripture. This was a departure from the traditional use of the Bible up to this point, because previously the interpretation of Scripture was seen to be the domain of the RC hierarchy. In fact, according to Roman Catholic tradition the Bible by itself was not sufficient for an understanding of revelation, but the Bible in conjunction with official Church documents (such as Church councils and Papal encyclicals) were seen to give the full picture on Christian dogma. Luther said "no" to this, and asserted that the Bible was sufficient by itself for the learned interpreter; there was no need for the authoritative interpretation of the Church. One main outgrowth of this was Luther's return to the original languages of the Bible to understand its most basic meaning, and a translation of those texts into the German vernacular so as to allow the people to read the text for themselves. (Previously in Roman Catholicism the Vulgate (the official Latin translation) had been the authoritative version of the Bible. This meant that only educated people (primarily priests) could actually read the text of the Bible itself.) In the process of returning to the original languages of the Bible, Luther also reduced the number of books of the Old Testament in accordance with Jewish tradition. The Roman Catholic Old Testament is based on the Septuagint (an ancient Greek translation of early works), which contains a number of books that are not regarded as part of the Tanak in Jewish tradition. These extra books are called "the Apocrypha" in Protestant circles, in order to highlight their less-than-revealed status.

Calvino

Predestination. Another doctrine prominent in Protestantism is "predestination". Predestination has a more central place in the Reformed tradition of Calvin, but Luther also accepted the basic idea. The doctrine derives from the logical relation of some of the central Protestant ideas, particularly salvation by faith alone, the absolute perfection and transcendence of God, and the fallibility of all things human (including human reason). The argument goes something like this:
Humans can be saved by nothing that is of our own effort. We are saved by God's grace alone. In fact, God is so utterly different from human beings, God is so utterly beyond our ability to understand, that we would be unable even to make conclusions about God's nature or accept God's grace unless God had so blessed us as to be able to receive it. That is, even to be able to believe in God can never be the product of human effort (i.e., reason -- Luther especially rejected scholastic arguments for the existence of God as sophistry), but is itself something God gives us. So, if we are unable on our own merits to be able to receive God's grace, then it must be a matter of God's choice as to whether someone has the faith necessary to be saved. Hence, those people who have faith were "predestined" for Heaven because God willed it. Likewise, (though there is some disagreement on this point), those people who do not believe are "predestined" for Hell, because God did not bestow upon them the faith necessary for salvation.
This doctrine sounds cruel and heartless to those who encounter it for the first time. In fact, when Catholics disputed Protestants about it at the time of the Reformation, the RC Church proclaimed the doctrine heretical and absurd. The RC position was that God would never have been so foolish as to require (in the Law) things of people that they could not do -- hence, both the doctrines of salvation by faith alone and predestination were false. But for the Protestants themselves the apparent absurdity of the doctrine had to be understood in terms of the absolute transcendence of God in comparison with everything in the Creation, including human reason. (Huston Smith [359-364] discusses this as the "Protestant Principle".) As we cannot understand God's ways, God's reasons for acting, or even our own predicament through our own abilities, we must rely on the truths given to us in Scripture. Beyond this, we can do nothing; we must only stand in reverence of God's majesty and in gratitude for his grace.

Calvinism is based on the teachings of John Calvin, who was born in 1509 (see Calvin, John). There are five main doctrines in modern-day Calvinism, which are often described using the acronym TULIP:

Total Depravity:
Because of the Fall, sin extends to every part of our being (our thoughts, our emotions, and our wills). Non-Christians are dead in their sins, and therefore they are completely incapable of making proper moral choices. Since they are dead in their sins, they are therefore deaf to the Gospel message. This is the essence of the idea of "Total Depravity," which is also called "Total Inability."

Unconditional Election:
Because of the "Total Depravity" of mankind, our salvation is completely dependant upon God. Before the Creation of the world, God predestined certain people to receive salvation, and we humans have no choice in the matter. We have the ability to make certain types of choices because we have "free agency," but we will never make the proper spiritual choices on our own because we do not have "free will" which would allow us to choose to make Jesus our Lord and Savior. This is sometimes referred to as "single election." The idea that God predestined certain people (the "elect") to receive salvation, and that He also predestined everyone else to go to hell is called "double election." The condemnation of the non-elect is referred to as "reprobation."

Limited Atonement:
Because of our "Total Depravity" and God's "Unconditional Election," the only people who will ever receive salvation are those whom God had predestined before the foundation of the world (i.e. the "elect"). Therefore, Jesus did not die to purchase salvation for all of mankind. Instead, Jesus' atoning sacrifice was "limited" because it was intended only for the purpose of purchasing salvation for the elect. His death atoned for the specific sins of specific sinners, but not for all sinners.
Irresistible Grace:
Because of our "Total Depravity," there is nothing we can do on our own to influence our salvation. Our salvation is entirely due to the grace of God. Since Jesus' "Limited Atonement" purchased salvation only for those who were foreordained to salvation, this means that everyone who was predestined to salvation will be saved. They have no choice in the matter, and therefore God's saving grace is "irresistible." The elect cannot resist God's grace, and therefore every elect person throughout history will receive salvation.

Persistance of Saints
Because God had predestined certain people (the "elect") to receive salvation, and because of God's "Irresistible Grace," every elect person will receive salvation. They have no choice in the matter, they have no "free will" to resist God's grace, and therefore they will all go to heaven. The "Persistence of the Saints" means that the elect cannot lose their salvation because God had foreordained it.
These are the five main points of modern-day Calvinism (often represented by the acronym TULIP), and those who believe these things sometimes refer to themselves as "Five-Point Calvinists."

ANGLICANISM

While the Protestant Reformation in mainland Europe was largely a principled theological split from the Papacy, which had actively and imposingly wielded its political power, and reformist ideals had been espoused by figures such as Stephen Langton and the Lollards, the English Reformation was initially driven by the dynastic goals of Henry VIII of England, who, in his quest for a queen to bear him a male heir, found it necessary and profitable to replace the Papacy with the English crown. The Act of Supremacy put Henry at the head of the church in 1534, and other acts such as the Dissolution of the Monasteries, put huge amounts of church land and property into the hands of the Crown and ultimately into those of the English nobility. The created vested interest made for a powerful material incentive to support a separate Christian church in England, under the rule of the Monarch. The theological justification for the Church of England was made by the Archbishop of Canterbury Thomas Cranmer who had studied in Europe and picked up Protestant ideas and also got married despite being a Roman Catholic priest. Because Cranmer and other leaders of the Church of England had been ordained in the Roman Catholic church, the Anglicans consider that they continue to follow the Apostolic succession.
Late to the Reformation, England's battles with the Papacy were, at first, largely political rather than theological. However, during the short reign of Edward VI, his son, Cranmer was able to move the Church of England significantly towards a Protestant Calvinist position. The Book of Common Prayer dates from this period. This reform was reversed abruptly in the subsequent reign of Queen Mary. Only under Queen Elizabeth I was the English church established as a reformed Catholic church. For the next century there were significant swings back and forth between the Puritans and more traditional Anglicans but the final outcome in 1660 after the Restoration of Charles II was not too far removed from the Elizabethan church.
While Anglicans acknowledge the schism which led to the formation of its mother church, its political origins are traditionally minimized in favor of a wider ethno-historic view of English Christianity that dating back to the Third Century A.D.. Since the Elizabethan Religious Settlement, the Church of England is a distinctly English sect of Christianity, claiming theological ties to both Catholicism and Protestantism, with the British monarch as its Supreme Governor.

El Concilio de Trento

La significación característica del concilio de Trento es, indudablemente, el haber dado una forma oficial, completa y definitiva a este movimiento de reforma que se iba manifestando en el seno de la iglesia cada vez con más insistencia. El movimiento protestante forzó, en último término, a la iglesia a realizar esta obra fundamental. Sin la obra del concilio de Trento, aquel movimiento de reforma, ya existente en la iglesia, no hubiera tenido la universalidad y eficacia que necesitaba. Pero, a su vez, sin el apoyo de aquellas fuerzas de reforma existentes en la iglesia, la obra de reforma del concilio hubiera resultado estéril.
Paulo III, dio comienzo a la obra de reforma, con entusiasmo y empeño, empezando por la curia romana; a la vez preparó la convocatoria del concilio ecuménico, que debería celebrarse en Mantua, a cuyo efecto nombró una comisión para preparar las labores, la cual comenzó a trabajar en 1536. En 1537 aparece el Dictamen áureo, en el cual se aceptan muchos de los puntos de reforma propuestos por los protestantes.
Como requisito a la celebración conciliar el Papa acordó implantar en Roma la reforma que el dictamen áureo proponía, comenzando por el dicasterio de las finanzas y demás departamentos de la curia. Esto encontró enconada oposición, por lo que no se avanzó, en la practica. Apreciablemente, en la obra de reforma de la curia, en 1541 Paulo III se aboca a la reforma de la predicación, la exigencia de residencia en la diócesis para los obispos, la reorganización de la Inquisición y la creación del Indice de Libros Prohibidos.

Toda la cristiandad latina, tanto católicos como protestantes, clamaban por la celebración de un concilio ecuménico, para restañar las heridas que la reforma había producido y lograr la reunión de todos los cristianos. Roma lo temía, por la amenaza de un reforzamiento de las tendencias conciliares, que molestarían la consolidación del absolutismo romano. Francia la adversaba porque la escisión provocada por la reforma debilitada a su enemigo natural, los Habsburgo. Carlos I lo deseaba para acabar con las discordias germanas, y quizá poder así dar un golpe de gracia a Francia.

Pese a la amenaza para el absolutismo pontificio, Paulo III desde 1534 había expresado solemnemente a los cardenales su voluntad de que un concilio lograra la paz cristiana y la reforma eclesiástica. En 1537 se convoca el concilio, para celebrarlo en Mantua, pero las inaceptables condiciones del duque de Mantua para celebrarlo allí, obligaron a posponerlo a noviembre del mismo año y después de negociaciones, a convocarlo en la ciudad de Vicenza, para el primero de mayo de 1538: no se presentaron mas que cinco obispos y los tres legados pontificios, por lo que hubo de ser pospuesto, para celebrarse en el mismo año y en la misma ciudad, a lo que pronto hubo de renunciar el pontífice, decretando la suspensión indefinida.
Como las concesiones obtenidas por los protestantes eran infinitas, hasta un concilio resolviera, se retomó la idea de celebrarlo, pero ya no era posible en Vicenza, porque Venecia, soberana de dicha ciudad, se oponía. Se acabó así por elegir a Trento. No bien publicada la bula de convocatoria, estalló la guerra entre Francia y Carlos I, la que no fue óbice para que el papa ordenara la celebración del concilio. Tres semanas antes del concilio, no se habían presentado obispos, y el Papa debió prorrogarlo nuevamente. Entre tanto, pontífice y emperador se distanciaban cada vez mas, máxime cuando el emperador en la dieta imperial de Espira, hizo nuevamente concesión a los protestantes consideradas por el papa como un verdadero abuso de la autoridad civil. Con todo, la celebración de la paz entre el victorioso emperador y Francia, y el buen talante y espíritu cristiano de Carlos I hicieron que todo se olvidara y se convocara nuevamente el concilio, para celebrarse en Trento, el cual, comenzaría finalmente en diciembre 1545. Sin embargo, a estas alturas, los protestantes no aceptaban ya asistir al concilio, si este debía celebrarse bajo la égida del Papa, sino que demandaban un concilio libre. Las dos primeras sesiones fueron dedicadas a la organización del propio concilio, en la III sesión se estableció el símbolo de la fe católica, que fue el tradicional, el llamado símbolo Niceno Constantinopolitano, punto sobre el cual no había divergencia con los protestantes.

Como los protestantes se negaban a asistir a Trento, el emperador continuó su política de coloquios, celebrando el segundo coloquio de Ratisbona, que el pontificado vio como una amenaza de intromisión del emperador en cuestiones dogmáticas. El coloquio fracasó y los padres conciliares pudieron continuar adelanta, libres de temores. La sesión IV definió cuales serían los libros sagrados, las escrituras y aceptó la edición vulgata de la Biblia por autentica en las lecciones, disputaciones, predicaciones y exposiciones y que nadie, por cualquier pretexto, sea osado o presuma rechazarla, asunto sobre el que existían pequeñas diferencias con los protestantes. En lo que había diferencias esenciales, era en lo relativo a la interpretación de las sagradas escrituras, y en dicha sesión el concilio sostiene el punto tradicional, entrando en frontal conflicto con los reformistas protestantes.

Aquí se manifiestan varias de las características más odiosas, e inconvenientes de la Contrarreforma: su odio y persecución al libro y el prohibir escribir, sin censura, hasta para el propio uso en el tanto que los católicos hayan seguido estos dictados. En eso mismo se apartaban de las corrientes de pensamiento libre y creativo, y se ponían al margen del progreso que, implicaba mayor ámbito de libertad del espíritu humano.

Lo relativo a la interpretación de las Escrituras era un ataque frontal a la dogmática reformista, la iglesia reafirma aquí, condenando el libre examen, la posición tradicional o católica: es la tradición la que interpreta adecuadamente el mensaje divino, no la inspiración individual. Con esto la iglesia se aparta del individualismo religioso propio del protestantismo y reafirma la religión comunitaria, propia del catolicismo.

En la sesión V se emiten los primeros decretos de reforma, y ellos son a tal puntos básicos, que de su aplicación podemos decir, sin duda alguna, que proviene todo el vigor de la iglesia católica reformada, de Trento en adelante.
Se refieren a la predicación, poniéndola como primera obligación de los obispos, a la enseñanza cristiana, la enseñanza de la teología y de las Sagradas Escrituras. De la aplicación de estas disposiciones resultarán clérigos bien preparados y un pueblo instruido, requisitos primordiales para la existencia de una vida cristiana auténtica, en particular, de esta savia se nutrirán los institutos de instrucción popular, los seminarios para la formación de sacerdotes, las cátedras de teología Y Sagradas escrituras que se ordenó fundar en todas las iglesias, catedrales y colegiatas, las escuelas de instrucción en la fe y moral cristiana para párvulos, cosas que transformaron de tal manera a la colectividades católicas, que serán otras, después de Trento.
En lo dogmático enfrenta el concilio un tema de profunda divergencia con los protestantes, a saber, el pecado original. Para los protestantes el hombre, por el pecado original, había sido corrompido sustancialmente, y consecuentemente nada bueno podía de suyo dar, y la justificación que recibiera no era porque fuera justo, sino porque Dios le disimulaba, por los méritos de Cristo, su injusticia. En lugar de esta doctrina el concilio afirma:

1...el primer hombre Adán, al transgredir el mandamiento de Dios en el paraíso, perdió inmediatamente la santidad y la justicia en que había sido constituido... y que toda la persona de adán por aquella prevaricación fue mudada en peor... (788)

2 SI ALGUNO AFIRMA QUE LA PREVARICACIÓN de Adán le dañó a él solo y no a su descendencia... sea anatema (789).

3 Si alguno afirma que este pecado de Adán es por su origen uno solo y.. Se quita por las fuerzas de la naturaleza humana o por otro remedio que por el mérito de Jesucristo se aplique tanto a los adultos como a los párvulos por el sacramento del bautismo... sea anatema... (790).

4 Si alguno dice que por la gracia de Nuestro Señor Jesucristo que se confiere en el bautismo, no se remite al reato del pecado original; o también si se afirma que no se destruye todo aquello que tiene verdadera y propia razón de pecado, sino que solo rae o no se imputa: sea anatema... (792)

5 Declara sin embargo, este mismo santo Concilio que no es intención suya comprender en este decreto, en que se trata del pecado original a la bienaventurada Virgen María Madre de Dios... (792).

En lo relativo a los decretos de reforma de la disciplina eclesiástica, se estipula que los obispos deben vivir en su diócesis, principio que modifica totalmente la administración eclesiástica, al impedir que una misma persona acumule varios obispados, sin cuidar de ellos o que los subcontrate para que otros la administren, obteniendo así un provecho económico, a costa de una mala administración eclesiástica: se prohibió tanto que el obispo lo fuera in absentia, como que acumulara varias sedes. Esta reforma naturalmente encontró gran resistencia, pues vino a trastornar todas las finanzas de los príncipes eclesiásticos, pero es también una de las reformas fundamentales que reforzará a la Iglesia católica.

GLOSARIO
Concilio: asamblea de obispos y doctores en teología sobre cuestiones de doctrina y disciplina eclesiástica. Indulgencia: facultad dada a los fieles de librarse, mediante una limosna, de las penitencias que debían pagar por sus pecados.

Lutero y la querella de las indulgencias
La oposición a la Iglesia se hizo particularmente violenta en Alemania, porque se protestaba contra las grandes sumas de dinero recolectadas entre sus ciudadanos y que eran enviadas a Roma. Pero causaba especial indignación la venta de indulgencias (o perdón). De esta manera, las protestas en Alemania aumentaron cuando el Papa León X decidió vender estas indulgencias para financiar la construcción de la Basílica de San Pedro. El encargado de aquella distribución fue un monje dominico llamado Johann Tetzel, que recibió como contrapartida del monje agustino (congregación rival de los dominicos) Martín Lutero (1483-1546) una lista con 95 tesis (proposiciones) en contra del tráfico de indulgencias, publicada el 31 de octubre de 1517.
Los dominicos replicaron a Lutero con 110 contraposiciones, y así quedó trabada la llamada querella de las indulgencias, que inició la Reforma. En un principio, el Papa no vio en aquello más que una simple “contienda de frailes”, pero la disputa se fue haciendo cada vez más agria. De hecho, Lutero se fue apartando de las doctrinas de la Iglesia al sostener que tanto las obras (ayuno, penitencias, etc.) como los sacramentos eran inútiles y que debía suprimirse la clase de los clérigos y monjes, cuyos votos eran innecesarios. Así, el Papa tomó la decisión de excomulgarlo (1520) y Lutero, en rebeldía, le respondió quemando la bula (documento papal) en la que se le informaba de esta determinación. La ruptura con el Papa fue, entonces, definitiva.
Carlos V y Worms
En el momento en que Lutero fue excomulgado ocupaba el trono del Sacro Imperio Romano Carlos V, rey profundamente católico, que hubiera deseado castigarlo; pero como muchos príncipes alemanes simpatizaban con sus ideas, entendió que debía escucharlo antes de condenarlo.
El emperador convocó a la Dieta, que se reunió en la ciudad de Worms (1521) y ante la cual concurrió Lutero, quien manifestó que no estaba dispuesto a retractarse de sus opiniones, a no ser que se le demostrara con la Biblia que estaban equivocadas. Frente a esta postura, la Dieta decidió condenarlo.
Pero Lutero, que había concurrido a Worms con un salvoconducto, recibió la protección del elector Federico de Sajonia, uno de sus más entusiastas partidarios, quien lo ocultó en su castillo de Wartburgo.Lutero vivió dos años en Wartburgo, desde donde dio gran impulso al movimiento reformista. Escribió numerosos panfletos y tradujo la Biblia al alemán, pero la iniciativa que tuvo mayor repercusión fue su llamado a confiscar a la Iglesia sus tierras y riquezas, y secularizarlas (aplicarlas a uso laico). Esto provocó una violenta guerra social que Carlos V trató de detener convocando la Dieta de Spira (1529), donde se resolvió tolerar el luteranismo donde ya existiese, pero no permitir su propagación a nuevas regiones. Esta resolución no fue aceptada por los luteranos, quienes protestaron en contra de ella, que es de donde derivó el nombre de protestantes con que, desde entonces, se acostumbró llamar a los partidarios de la Reforma.La Confesión de AugsburgoLo único que Carlos V deseaba era que volviera la paz religiosa a Alemania, y para ello pidió a Lutero que sistematizara por escrito su doctrina y que la expusiera en 1530 en la Confesión de Augsburgo. Sin embargo, la Dieta fracasó en su intento conciliador y, finalmente, el emperador dio a los protestantes un plazo de seis meses para retractarse, vencido el cual se les perseguiría sin descanso.
Los luteranos resolvieron oponer resistencia a la fuerza imperial y formaron la llamada Liga de Esmalcalda (1531), una verdadera coalición militar, que de inmediato entró en alianza con los reyes de Francia y de Dinamarca, adversarios de Carlos V. Este resolvió reducir por la fuerza a los luteranos, dando comienzo a una serie de guerras que terminaron con la paz de Augsburgo (1555). Este acuerdo estipuló que cada príncipe podía elegir entre catolicismo y luteranismo, y que los súbditos debían seguir la religión de su príncipe; también, reconoció la validez de las secularizaciones ya efectuadas, pero se prohibieron para el futuro.

MARTÍN LUTERO Y SU DOCTRINA
La doctrina de Lutero se basaba en el principio de la salvación por la fe, y partiendo de esta premisa estructuró sus ideas en cuatro puntos principales:
• Libre examen y rechazo de todo intermediario entre el hombre y Dios.
• Reconocimiento de solo dos sacramentos: el bautismo y la comunión.
• Supresión del culto a la Virgen y a los santos, así como la creencia en el purgatorio.
• Supresión de la parte sacrifical de la misa, del celibato eclesiástico, del lujo en los templos. En cambio, se fomenta la lectura y explicación de la Biblia, la oración en común y el uso del canto coral.


El calvinismo

Mientras que una parte de Alemania y algunos reinos escandinavos adoptaban la doctrina de Lutero, una reforma más radical era predicada por el francés Juan Calvino (1509-1564), y se aplicaba por primera vez en Ginebra, Suiza.
El calvinismo presentaba una evidente similitud con el luteranismo, pero ofrecía mayor rigor lógico, radicalismo y organización. Calvino afirmó, como Lutero, que la única fuente de la fe es la Biblia, libremente interpretada por cada creyente. Pero respecto de la salvación sostuvo el concepto de la predestinación, es decir, la creencia de que Dios eligió de antemano a los hombres, a unos para la salvación (los elegidos) y a otros para la condenación eterna (los réprobos). Este estricto concepto fatalista constituye uno de los rasgos característicos de la doctrina de Calvino.

Calvino en Ginebra
Radicado en Ginebra, al cabo de cinco años Calvino impuso su absoluto predominio, ejerciendo, por más de dos décadas (1541-1564), una implacable dictadura de carácter teocrático. El poder de Calvino no tuvo límites, pues se consideraba como delegado de Dios en la Tierra.

Este gobierno no sólo controlaba la vida religiosa, sino también la política, la economía, la educación, las entretenciones y la vida familiar. Se vigilaba el actuar privado de cada ginebrino, se reglamentaba su manera de vestir, se condenaba con multas a los que oraban en latín o jugaban a los naipes o a los que reían en un sermón. Enviaba a la muerte a cualquiera que le combatía o no participaba de sus creencias.

Bajo la dirección de Calvino, Ginebra llegó a ser la Roma del protestantismo y de aquí el protestantismo penetró en Francia (hugonotes), los Países Bajos, Inglaterra (puritanos) y Escocia (presbiterianos).

El cisma religioso de Enrique VIII

En Alemania y en Francia la Reforma fue obra de los particulares. En Inglaterra fue decisión del soberano: la voluntad del rey Enrique VIII (1509-1547) determinó la ruptura con el papado.
Cabe destacar que esta crisis tuvo más razones políticas que religiosas. Esto, porque Enrique VIII se quiso divorciar de su mujer, la infanta española Catalina de Aragón (hija de los Reyes Católicos), para casarse con una dama de su corte, Ana Bolena. Como el Papa Clemente VII le negó el divorcio, el rey nombró a un nuevo arzobispo de Canterbury, quien le concedió el divorcio y, además, logró que el Parlamento votara el Acta de Supremacía (1534), que lo proclamaba como “único y supremo jefe de la Iglesia de Inglaterra”.

De esta manera, Enrique VIII desconocía la autoridad papal, pero pretendía conservar la doctrina católica. Quemaba a los protestantes por herejes y ahorcaba a los católicos por traidores.

Después de su muerte, su reforma evolucionó de manera bastante inusual, a través de los reinados de sus tres hijos. Así, Inglaterra fue calvinista durante el reinado de Eduardo VI (1547-1553) y católica en tiempos de María Tudor (1553-1558). Por último, Isabel (1558-1603) organizó definitivamente el anglicanismo, es decir, la Iglesia inglesa (1562), una mezcla de catolicismo y calvinismo.

La reforma de la Iglesia

La tremenda revolución que habían provocado las acciones de Lutero, Calvino y los anglicanos motivaron una reacción de la Iglesia Católica, y esta fue reformarse a sí misma. Este movimiento se conoce como Reforma Católica o Contrarreforma, y permitió a la Iglesia reafirmar su posición en Europa e iniciar la evangelización de los nuevos territorios descubiertos.

El Papa Pablo III convocó el Concilio de Trento que, con dos interrupciones, estuvo reunido desde 1545 hasta 1563 y que confirmó la doctrina tradicional de la Iglesia, a la vez que introdujo importantes reformas referentes a la administración y disciplina.

La obra del Concilio de Trento se completó con las diferentes medidas tomadas por los papas. Bajo el pontificado de Pablo III fueron aprobados los estatutos de la Compañía de Jesús (1540), orden fundada por Ignacio de Loyola y que fue ideada con el fin de apoyar el combate contra el protestantismo. La Compañía de Jesús fue organizada como un verdadero ejército (se consideraban “soldados de Cristo”), regida por la más severa disciplina y su principio fundamental fue la obediencia al papa.

Pablo IV reorganizó la Inquisición y publicó el Indice. La primera, que actuaba desde el siglo XII, fue dotada de nuevos poderes que le permitieron ejercer la vigilancia tanto del clero como del pueblo. El Indice fue un catálogo de libros cuya lectura quedó prohibida a los católicos y que el papa confeccionó con el fin de detener eficientemente la difusión de las ideas de la Reforma.

RESOLUCIONES DEL CONCILIO DE TRENTO
Esta asamblea estableció una serie de medidas tanto en el aspecto dogmático como en el disciplinario. Entre ellas se destacan: Mantener la organización tradicional de la Iglesia y ratificar al papa como jefe universal de esta. Determinar como texto legítimo de la Biblia a la Vulgata, traducción latina hecha por San Jerónimo. Mantener en siete los sacramentos. Mantener el celibato eclesiástico y prohibir la acumulación de beneficios (posesión de varios cargos eclesiásticos). Ordenar a los sacerdotes permanecer en sus parroquias, predicar por lo menos una vez a la semana y enseñar el catecismo. Crear seminarios donde se formaran sacerdotes instruidos y dignos.


¿SABÍAS QUE?

Entre los delitos que perseguía la Inquisición estaban la blasfemia, la bigamia y la brujería. Y las penas por estas faltas iban desde la excomunión y cárcel, hasta la muerte en la hoguera (sólo ejecutada por el Estado).



REFORMATION QUIZ CUESTIONARIO DE LA REFORMA

¿Cuáles eran las debilidades de la Iglesia Católica a fines del siglo XV y comienzos del siglo XVI?

¿Cuáles eran las críticas que se le hacían a la Iglesia Católica?

¿Qué es el nepotismo?

¿Qué es la simonía?

¿Qué es una herejía?

MARTÍN LUTERO

¿Qué prácticas y enseñanzas de la Iglesia fueron criticadas por Martín Lutero luego de su viaje a Roma?

¿Por qué Lutero criticaba a Juan Tetzel? Sé específico.

¿Qué prometía Tetzel a los compradores de indulgencias?

¿Por qué la Iglesia estaba vendiendo indulgencias?

¿Qué buscaban las personas al comprar las indulgencias?

¿Qué son las 95 tesis y por qué son importantes?

Explica tres ideas importantes de las enseñanzas de Martín Lutero.

¿Por qué Martín Lutero fue excomulgado?

¿Quiénes apoyaron a Lutero en la expansión de su doctrina?



JUAN CALVINO

¿Dónde comenzó Juan Calvino a predicar su doctrina?

Explica la creencia de Calvino en la predestinación?

¿Cuáles eran las creencias de Juan Calvino?

¿Qué es el Estado teocrático impuesto por Calvino y en dónde lo estableció?

¿Cuáles son las principales ideas de la doctrina calvinista?

¿Qué prohibiciones establecía en la sociedad?

¿Qué relación tiene Calvino con el Capitalismo?

¿Quiénes fueron los puritanos y en qué países se ubicaron?

¿Qué famoso científico fue quemado por el estado calvinista?



ENRIQUE VIII


¿Por qué Enrique VIII establece la reforma religiosa en Inglaterra?

¿Cómo hizo Enrique VIII para anular su matrimonio con Catalina de Aragón?

¿Quiénes lo ayudaron a separarse de la Iglesia Católica?

¿Quién es María I "la Sangrienta" y qué doctrina religiosa defendía?

¿Quién es Isabel y qué doctrina religiosa defendía?

Describe los principios de la religión anglicana.


EL CONCILIO DE TRENTO

¿Cuáles fueron las causas de la convocatoria del Concilio de Trento?

¿Cuáles fueron las decisiones tomadas por el Concilio para luchar contra los protestantes?





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EL DÍA MÁS IMPORTANTE DE LA HISTORIA


INTRODUCCIÓN

Has sido designado por Historelbio Consultores. Para realizar una investigación acerca del día de tu nacimiento. Los datos de tu tarea serán utilizados por una serie de novelistas famosos. Nos interesa que averigües qué datos acontecieron el día que tú naciste. A través de este trabajo tendrás una idea clara de cómo estaba el mundo en el acontecimiento más importante del planeta.

¿Con qué gente famosa actual y/pasada compartes tu cumpleaños?
¿Qué acontecimientos ocurrieron en el día que naciste?
¿Cuál era la canción de moda?
¿Cuál era el libro más leído? ¿Qué significa tu nombre?

Encuentras las respuestas a éstas y a otras preguntas interesantes realizando esta actividad.

TAREA

Deberás transformarte en un investigador, periodista, y historiador registrando todos los acontecimientos simultáneos que sucedieron en tan importante fecha.

1) Encuentra el significado de nombre y el de los integrantes de tu familia.
2) Encuentra cinco acontecimientos mundiales de la época del Renacimiento y de la Reforma (siglo XV y XVI) ocurridos en el día de tu nacimiento. Elige uno de ellos, descríbelo en un resumen de cinco líneas.
3) Encuentra cinco personajes. ¿Qué personajes famosos (artistas plásticos, políticos, actores, deportistas,…) cumplen el mismo día? (Si es posible rastrea en la Historia si hay algún personaje famoso de la época del Renacimiento o de la Reforma, siglo XV y XVI que cumpla el mismo día que tú) Redacta la biografía de alguno de ellos (en cinco líneas).
4) Describe el acontecimiento más importante que ocurrió en URUGUAY el año que tú naciste. ¿Qué club uruguayo de football salió campeón en ese año?
5) Encuentra cinco acontecimientos mundiales que tuvieron lugar el año de tu nacimiento. Elige uno y descríbelo en cinco líneas.

6) Encuentra los títulos de cinco películas o series de televisión (si puedes con los protagonistas incluidos), cinco canciones (consigue al menos la música y la letra de una de ellas, si puedes consigue un cd con la música y el cantante) y cinco libros que fueron muy populares el año de tu nacimiento.

7) ¿Quién era el presidente uruguayo de ese período?

8) Qué invento o descubrimiento importante para la Humanidad se realizó en dicho año?

PROCESO

Comienzas realizando una investigación reuniendo cada pregunta y su respuesta en una ficha numerada. Es necesario que consultes libros tales como la Guía del Mundo, Atlas histórico, Libro del Banco de Seguros del Estado y utilices la World Wide Web visitando diversos sitios de Internet. Cuando visites un sitio de internet, toma nota en tu cuaderno. Si necesitas ayuda recurre a tu profesor.

RECURSOS

Toda la información puedes obtenerla de los sitios de Internet y puedes consultar los siguientes buscadores: Google, Yahoo, Yagoohoogle, Altavista, Metacrawler, etc.

Algunos Web sites para visitar:

LA HISTORIA DÍA A DÍA
http://www.mediosmedios.com.ar/Efemerides.htm
http://icarito.latercera.cl/enc_virtual/efem/
http://www.aldeaeducativa.com/Efemerides/EfemeridesN.asp?which1=Uruguay
http://www.montevideo.gub.uy/teveciudad/efemerides.htm

SIGNIFICADO DE LOS NOMBRES
http://www.tuparada.com/nombres/
http://www.pergaminovirtual.com.ar/nombres/
http://personales.mundivia.es/jmgs/significadosantos.htm
http://www.terra.es/personal/angerod/santmen.htm

PRESIDENTES DEL URUGUAY
http://es.wikipedia.org/wiki/Presidente_de_Uruguay

TEMAS DIVERSOS DE URUGUAY
http://www.uruguaytotal.com/
http:://www.uruguay.com

OTROS TEMAS
http://www.iespana.es/losinventos/SECUNDARIAS/DESCUBRIMIENTOS.HTML
Investiga en la World Wide World por palabras claves:
Las mejores películas de los 90’
Películas de los 90’
Seriales de TV de los años 90’
Inventos y Descubrimientos en el siglo XX

EVALUACIÓN

evaluará la presentación, el manejo de la expresión escrita, el diseño del trabajo, en fin la creatividad y la imaginación empleados.


CONCLUSIÓN

El propósito de estas tareas es mejorar la comprensión lectora, mejorar la expresión escrita, aprender a diseñar un trabajo utilizando las TICs (Tecnologías de la Información y de la Comunicación), aprender a investigar en libros y por la WWW.
Prof. Luis Sei Fong

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